ARTÍCULO

Con la Fundación de Juanes, jóvenes colombianos buscan una sociedad en paz

Diciembre 14, 2012


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Sebastián Álvarez, 13 años, piensa que el proyecto se trata de  “crear personas con la capacidad de perdonar, de amar, de dialogar y comunicarse entre nosotros”.

Isabelle Schäfer/World Bank

TITULARES
  • A través del arte y la cultura y diferentes metodologías, la Fundación Mi Sangre interactúa con jóvenes colombianos en zonas problemáticas.
  • Los proyectos de Mi Sangre, con quien el Banco Mundial tiene una alianza, beneficiaron a 5935 niños, niñas y jóvenes durante el 2011.
  • Jóvenes participantes ya ven un cambio en su ambiente.

Sebastián Álvarez, un joven de 13 años, descubrió su pasión a través de talleres de escritura. “Me gusta escribir de todo. Normalmente me oriento más por los cuentos, enfocados a mi entorno. Me gusta también escribir poemas. Y también escribo crónicas.” dice.

Ha participado desde hace dos años en actividades culturales, organizadas por la Fundación Mi Sangre, fundada por el famoso cantante colombiano Juanes. A través de arte, cultura, y una de las metodologías de la Fundación “Pazalobien”, la organización interactúa con jóvenes estudiantes en áreas problemáticas de Antioquia y otras regiones.

Sebastián, por ejemplo, es de la Comuna 13, uno de los lugares más afectados por la violencia en Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia, y una ciudad que hace recordar, tanto a personas dentro y fuera del país, de su historia de violencia urbana y altas tasas de criminalidad. Aunque la situación todavía no es ideal, las cosas están mejorando.

Sebastián se acuerda que hace dos años, era muy común ver estudiantes peleándose casi cada día. Dice que ahora, es un poco mejor, y hay más jóvenes que tratan de abordar el conflicto dialogando.

Explica que el proyecto no solamente se trata de pintar o escribir, sino también se trata de “crear personas con la capacidad de perdonar, de amar, de dialogar y comunicarse entre nosotros”.

Para él, el objetivo del proyecto de la Fundación Mi Sangre es no menos que una transformación social. “Ya se está iniciando en mi comunidad. Con aspectos muy simples, cómo que el ambiente se ha mejorado mucho en el colegio, afuera en el barrio,” dice.


" Ya se está iniciando [la transformación social] en mi comunidad. Con aspectos muy simples, cómo que el ambiente se ha mejorado mucho en el colegio, afuera en el barrio "

Sebastián Álvarez

13 años

Casi 6000 niños y jóvenes beneficiados

Los proyectos de Mi Sangre, con quien el Banco Mundial tiene una alianza, han beneficiado a 5935 niños, niñas y jóvenes durante el 2011. Pero con su metodología “aprender haciendo”, el objetivo es que estos jóvenes hombres y mujeres llegan  a ser líderes activos en sus comunidades, según su reporte anual. Tomando esto en cuenta, la Fundación estima que llegaron a casi 37.000 colombianos.

Esta alianza es importante para el Banco Mundial, ya que es una convicción que al juntar esfuerzos con otros actores claves en el país, como la Fundación Mi Sangre, los resultados podrían ser más grandes que si se actúa sólo.

“Una energía transformadora muy fuerte”

“Son ellos los que tienen la capacidad de reescribir la historia de Colombia,” dice Catalina Cock, Directora Ejecutiva de la Fundación, al preguntarle por qué trabajan con jóvenes. “Tienen una energía transformadora muy fuerte, que si no se canaliza bien, se puede ir por otros lados, pero si está canalizada de manera adecuada, puede tener un impacto transformador muy profundo.”

Desde el inicio de sus actividades en el 2006, implementaron diferentes metodologías. Estas incluyen el acompañamiento psicosocial de víctimas de conflicto o jóvenes en un contexto violento para curar las heridas del pasado y “educación para la paz”, que busca transformar jóvenes en agentes de cambio, que pueden, a su vez, trabajar en sus comunidades para fomentar el dialogo y la paz.

El Banco Mundial está acompañando a la Fundación desde el lado técnico de consolidación de su metodología, ayudándoles a mejorar su proceso de planificación para responder a diferentes demandas y a medir el impacto de sus intervenciones.

Trayendo experiencia global y mejores prácticas de todo el mundo, este apoyo del Banco Mundial forma parte de un compromiso más grande con Colombia en la educación y la creación de mejores oportunidades para los jóvenes.

Aparte de la escritura, Sebastián dice que también hubo talleres de grafiti y música. “En el futuro, de pronto me veo dando talleres de literatura y escritura a personas que realmente no pueden estar en ellos.” explica. Pero ¿cuál es su gran sueño? “Es llegar a ser Presidente de Colombia para ayudar a mi país.” Y,  ¿el más grande? “Es empezar a cambiar el mundo. Y no es imposible.”


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