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ARTÍCULO Marzo 16, 2018

El enfoque de la agricultura climáticamente inteligente, la última frontera agropecuaria de Colombia

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TITULARES

  • Una donación de USD 20 millones de la Iniciativa sobre Paisajes Forestales Sostenibles (ISFL) del Fondo del Biocarbono del Banco Mundial ayudará a los agricultores de la Orinoquía colombiana a aumentar la productividad agrícola y aprovechar el potencial de esta región de convertirse en una importante fuente de alimentos para Colombia y el mundo.
  • El programa de la ISFL busca mejorar los medios de subsistencia, la economía y el medio ambiente, a través de la protección de valiosos bosques, fuentes de agua y la biodiversidad de la región.
  • La iniciativa, además, crea las condiciones propicias para gestionar los recursos naturales de manera sostenible y con bajas emisiones de carbono.

Cuando el ganadero Jorge Rodríguez estableció hace unos años su explotación agrícola en el departamento del Meta, en la región de la Orinoquía colombiana, la nombró “La Esperanza”.

Rodríguez no estaba solo. Entre 1990 y 2015, más de 1 millón de hectáreas de bosques en la Orinoquía, principalmente en el departamento del Meta, fueron despejadas para crear tierras de pastoreo. La Orinoquía abarca una enorme superficie de 25 millones de hectáreas de sabanas y humedales en el este de Colombia, que limita con Venezuela. En esa zona geográfica viven alrededor de 1,5 millones de personas. En los últimos años, se han producido cambios importantes en el uso de la tierra en toda la región para aumentar la producción de ganado, aceite de palma, cacao, caucho y arroz.

Muchos agricultores rurales e indígenas de la Orinoquía colombiana dependen de la agricultura y los ecosistemas naturales para subsistir. Al notar la disminución de la productividad y los impactos ambientales, algunos de ellos, como Rodríguez, realizaron cambios importantes en la manera de administrar sus tierras agrícolas. “Los bosques son los pulmones de la tierra. Al plantar árboles y bloquear algunas áreas para la regeneración natural, rotando al mismo tiempo mi ganado, aprendí a aumentar la productividad de mis tierras. Antes, tenía un animal por hectárea y ahora, gracias a que hay mayor cantidad de forraje y mayores niveles de sombra, puedo tener tres animales por hectárea. Además, están mejor alimentados y son más saludables”, dijo Rodríguez.

Se considera a la Orinoquía la última frontera agrícola de Colombia, (i) y se estima que tiene el potencial de servir como fuente de alimentos para el país y el mundo. Aprovechar este potencial no solo es vital para los medios de subsistencia de los agricultores, sino también es una parte fundamental de la agenda de desarrollo de Colombia. Pero la expansión agrícola tiene un costo.

La tala de bosques para crear tierras de pastoreo es uno de los principales motores de deforestación en la Orinoquía. Estos bosques, además de ser vitales para mitigar el cambio climático, albergan a cientos de especies de mamíferos y aves. Otras amenazas incluyen el drenaje y la conversión de millones de hectáreas de sabanas nativas ricas en biodiversidad, incluidas las sabanas inundables, ya que estas actividades se asocian con altos niveles de emisiones de metano. La región pertenece a la cuenca del río Orinoco que abarca vastas praderas y selvas tropicales de la región, y suministra casi la cuarta parte del total de agua corriente en Colombia.

Con el objetivo de asegurar que la expansión agrícola se realice de manera sostenible en la Orinoquía, Colombia se asoció con la Iniciativa sobre Paisajes Forestales Sostenibles (ISFL, por sus siglas en inglés) del Fondo del Biocarbono (i) y puso en marcha en la región el Programa de Paisajes Integrados Sostenibles. (i) La iniciativa está a cargo del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y se lleva a cabo en estrecha coordinación con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Departamento Nacional de Planeación. El programa cuenta con el apoyo del presidente Juan Manuel Santos, quien firmó el acuerdo de donación con el Banco Mundial la semana pasada.

La donación de USD 20 millones de la ISFL del Fondo del Biocarbono se usará para mejorar la planificación del uso de la tierra, proteger los paisajes (incluidos los bosques) y proporcionar asistencia técnica para que los negocios de ganadería, aceite de palma y silvicultura comercial transiten hacia modelos de producción sostenibles y competitivos. Involucrar al sector privado es un aspecto central del programa, y esto incluye promocionar alianzas público-privadas que apliquen prácticas menos contaminantes, apoyar la zonificación ambiental para conservar los hábitats naturales y colaborar con el sector privado en esferas donde es posible invertir en producción sostenible. Una vez que estas actividades produzcan reducciones comprobadas de emisiones de carbono, la ISFL del Fondo del Biocarbono recompensará estos esfuerzos adquiriendo hasta 10 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e).

“Dado el nivel de crecimiento económico de la región de la Orinoquía en los últimos 15 años, existe ahora una oportunidad única de influir en la trayectoria de desarrollo de esta región y garantizar que los usos de la tierra en el futuro no causen deforestación y otros impactos ambientales negativos importantes”, dijo Issam Abousleiman, gerente del Banco Mundial a cargo de Colombia.

El panorama general

El acuerdo de paz entre el Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-Ejército Popular) recientemente negociado brinda una oportunidad única para que la ISFL del Fondo del Biocarbono y Colombia trabajen juntos en favor de una gestión de los recursos naturales sostenible y con bajas emisiones de carbono y la implementación de medidas con ese fin. El programa de la ISFL en la región de la Orinoquía apoya estrategias para abordar las causas estructurales del conflicto que también crean condiciones propicias para la adopción de una gestión de los recursos naturales sostenible y con bajas emisiones de carbono. En otras palabras, con esto se respalda el desarrollo sostenible de la Orinoquía colombiana y se contribuye con el actual proceso de paz en el país.

“El Programa de Paisajes Integrados Sostenibles para la Orinoquía es muy importante para un país como Colombia”, dijo Juan Guillermo Zuluaga, ministro de Agricultura. “Tenemos la oportunidad de que la Orinoquía se convierta en una canasta alimentaria para el país y el mundo de una manera sostenible. Este programa nos ayudará a promover la silvicultura sostenible y la agricultura climáticamente inteligente y reducir al mismo tiempo las emisiones y conservar el ecosistema de la región”.

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Video sobre el Programa de Paisajes Integrados Sostenibles para la Orinoquía de la ISFL (inglés) (español)

Tierras que alimentarán al mundo y protegerán la vida silvestre

Iniciativa sobre Paisajes Forestales Sostenibles (ISFL) del Fondo del Biocarbono (i)

El Banco Mundial en Colombia


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Jorge Rodríguez, ganadero de la región de la Orinoquía en Colombia


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