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ARTÍCULODiciembre 02, 2023

En los países más pobres, adoptar medidas climáticas significa adoptar medidas en favor del desarrollo

The World Bank

Ningún país es inmune a los impactos del cambio climático, pero los países más pobres del mundo son los más afectados. En la última década, estos países sufrieron alrededor de ocho veces más desastres naturales que en las últimas tres décadas, lo cual redundó en la triplicación de los daños económicos.

“Vi casas derrumbándose y vecinos luchando por salvar lo que podían”, dijo João Fernandes de la aldea de Santa Catarina, en Santo Tomé, que se inundó a causa de las fuertes lluvias. “Mi casa ya estaba ladeada, el agua había entrado y nuestras pertenencias flotaban en el agua. Mi esposa estaba en los últimos días de nuestro segundo embarazo y apenas podía moverse. Solo recé para que la casa no se cayera y que el clima mejorara”.

Para comunidades como la de João, la crisis climática es urgente. A pesar de ser las que menos contribuyen al cambio climático, se enfrentan a paisajes cambiantes que afectan las vidas y los medios de subsistencia, a la presión sobre los recursos naturales que inciden en el rendimiento de los cultivos y los precios de los alimentos, y a fenómenos meteorológicos extremos que son cada vez más peligrosos y devastadores. En muchas de estas comunidades, los avances logrados recientemente en el desarrollo se vieron socavados por los impactos climáticos. Si no se actúa, más de 130 millones de personas que viven en los países más vulnerables caerán en la pobreza extrema debido al cambio climático para 2030.

Por ello, el fondo de solidaridad global del Banco Mundial para los 75 países más pobres del mundo, adoptar medidas climáticas significa adoptar medidas en favor del desarrollo. La Asociación Internacional de Fomento (AIF) ha puesto cada vez más atención en el clima desde 2011. El Banco Mundial es la mayor fuente de financiamiento para el clima en el mundo, y las donaciones y el financiamiento en condiciones concesionarias de la AIF han sido fundamentales en todas las áreas de acción climática, que incluyen desde ayudar a los países a aplicar estrategias de adaptación ante los efectos adversos del cambio climático hasta fortalecer la resiliencia para que se encuentren preparados cuando se produzcan desastres climáticos y aprovechar las oportunidades para hacer realidad un futuro más verde.

Adaptación y resiliencia: Preparar a las comunidades en un contexto de cambio climático

Una buena adaptación implica una planificación sistemática y a largo plazo para los riesgos climáticos actuales y futuros. En vista de los patrones climáticos cambiantes y los desastres naturales más frecuentes y peligrosos, la AIF ayuda a los países a integrar la resiliencia en sus programas de desarrollo. Las inversiones que sirven para proteger, preservar o rehabilitar las zonas costeras pueden ser importantes salvaguardas contra el aumento del nivel del mar y las tormentas más poderosas. En lugares como Bangladesh (i) y África occidental (i), donde millones de personas viven en miles de kilómetros de costas, la AIF ayuda a coordinar actividades intersectoriales, y en algunos casos nacionales, destinadas a garantizar que estas zonas sean seguras, apoyar los medios de subsistencia de las generaciones futuras, y amortiguar la erosión, la intrusión salina y las inundaciones.  

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“Pertenezco a una las familias más afectadas por las inundaciones y los aludes de lodo, por lo que nos ofrecimos como voluntarios para ser reubicados”, dijo João Fernandes, cuya casa fue una de las primeras viviendas construidas en áreas más seguras en el marco del Proyecto para la Zona Costera de África Occidental respaldado por la AIF. “Me siento muy bien porque mi familia estará más segura”.

Vi casas derrumbándose y vecinos luchando por salvar lo que podían", dijo João Fernandes de la aldea de Santa Catarina, en Santo Tomé, que se inundó a causa de las fuertes lluvias. "Mi casa ya estaba ladeada, el agua había entrado y nuestras pertenencias flotaban en el agua. Mi esposa estaba en los últimos días de nuestro segundo embarazo y apenas podía moverse. Solo recé para que la casa no se cayera y que el clima mejorara.
João Fernandes

Cuando ocurre un desastre, una infraestructura resiliente puede minimizar las consecuencias de gran alcance en los medios de subsistencia y el bienestar de las personas. En lugares como los pequeños Estados insulares en desarrollo de Asia oriental y el Pacífico, que están especialmente expuestos a los impactos del cambio climático, los proyectos respaldados por la AIF, entre ellos el Programa de Transporte Resiliente al Clima en el Pacífico, ayudan a modernizar obras de infraestructura importantes, como aeropuertos y puertos marítimos, mientras que el Programa de Escuelas Más Seguras en el Pacífico (i) y el Programa de Resiliencia en el Pacífico (i) están garantizando que las escuelas sean más seguras y sólidas, y proporcionando centros de evacuación para proteger las vidas de las personas durante situaciones de emergencia.

Mitigación: Promover un futuro verde y sostenible

A pesar de que los países clientes de la AIF contribuyen muy poco a las emisiones mundiales, implementar estrategias de mitigación como la inversión en energía limpia, la restauración forestal y el enfoque de la economía azul puede ayudar a promover el crecimiento económico con bajas emisiones de carbono.

Crear redes regionales de infraestructura energética es una de las maneras en que la AIF ayuda a posicionar los sectores de la energía de los países como motores del desarrollo verde y resiliente. La integración de las redes eléctricas no solo mejora la confiabilidad general y hace que la electricidad sea más asequible, sino que también aumenta la sostenibilidad de la generación energética al reemplazar la energía generada por combustibles fósiles por fuentes de electricidad menos contaminantes, como las energías eólica, solar e hidroeléctrica. El apoyo de la AIF a la Red Eléctrica de África Occidental (i) y el Proyecto Regional de Intervención de Emergencia en el Sector de la Energía Solar (RESPITE) (i) está ayudando a los países a materializar los beneficios de la integración, incrementando al mismo tiempo el acceso a la electricidad para millones de consumidores actuales y potenciales de la región, y financiando la instalación y operación de capacidad de energía solar e hidroeléctrica.

“RESPITE es el comienzo de una revolución en el suministro energético y el acceso a la energía”, dijo el presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio. “Estamos pagando mucho más por la energía ahora que hace 18 meses. Esta intervención regional es muy necesaria en el corto plazo. Hoy, nuestros países están dando un paso audaz en la dirección correcta”.

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En los países con abundantes recursos de energía renovable —como hidroeléctricos, geotérmicos, eólicos y solares—, la AIF ayuda a encauzar esos recursos para apoyar el crecimiento económico y el desarrollo. El financiamiento de la AIF reviste especial importancia para los países asolados por situaciones de fragilidad, conflicto y violencia. En la República Centroafricana (i), la primera inversión en energía renovable —un nuevo parque solar con almacenamiento en baterías— reemplazará más del 90 % de la energía que se genera actualmente con diésel. En Yemen (i), el financiamiento de la AIF permite que las soluciones solares proporcionen la electricidad que necesitan con urgencia las familias, los servicios públicos y las escuelas. En Somalia (i), la AIF utiliza el Servicio de Financiamiento para el Sector Privado con el fin de posibilitar que una central híbrida solar sustituya la actual generación de diésel.

Los océanos y los bosques son sumamente importantes en la lucha para mitigar el cambio climático porque actúan como sumideros de carbono, absorbiendo gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera y contribuyen al calentamiento del planeta. También son vitales para la salud y el desarrollo económico de las comunidades locales. Los proyectos respaldados por la AIF en la República Democrática del Congo (i) y Etiopía (i) están revirtiendo la deforestación y la degradación de los bosques, mejorando la salud del suelo y la biodiversidad, al tiempo que ayudan a las comunidades locales a incorporar prácticas agrícolas sostenibles.

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Una iniciativa en Mozambique (i) permite trabajar con diversos proyectos para asegurar que los bosques del país se gestionen de manera sostenible. Por su parte, el Programa del Paisaje Oceánico Regional de las Islas del Pacífico (i) ayuda a países como Kiribati, las Islas Marshall y Tonga a mantener los vastos recursos del mar circundante mejorando la gestión pesquera y diversificando los ingresos.

“Aquí en Kiribati, el océano es nuestra vida... Nuestra gente depende de él. Y tenemos que mantenerlo para nuestras próximas generaciones”, dijo Maaria Henry, quien trabaja para la Unidad de Control de la Pesca recientemente establecida que ayuda a proteger las poblaciones de peces nacionales al poner fin a las prácticas pesqueras insostenibles y promover una gestión más responsable.

El financiamiento climático de la AIF ayuda a los países a abordar conjuntamente el clima y el desarrollo. Sobre la base de las enseñanzas extraídas del crecimiento de las emisiones generadas por el clima en los países desarrollados, los países clientes de la AIF trazan un nuevo camino para el futuro al incorporar la resiliencia y la sostenibilidad en sus programas, invertir en energía limpia y renovable, y conservar sus recursos naturales. Estos esfuerzos no solo son positivos para el planeta, sino que también son factores que impulsan el crecimiento económico, aumentan la productividad y crean empleos.

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