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COMUNICADO DE PRENSA Julio 10, 2017

Los efectos visibles de la guerra siria pueden ser solo la punta del iceberg

CIUDAD DE WASHINGTON, 10 de julio de 2017. En un nuevo informe del Banco Mundial se estima que, para principios de 2017, el conflicto en Siria había dañado o destruido cerca de un tercio de las viviendas y casi la mitad de los centros sanitarios y educativos del país, y había provocado importantes pérdidas económicas. Una conclusión clave del informe es que el colapso de los sistemas que organizan tanto la economía como la sociedad, sumado a la erosión de la confianza que une a las personas, ha tenido un impacto económico mayor que la destrucción de la infraestructura física. En el informe se concluye también que cuanto más se prolongue el conflicto, más persistente será el impacto, lo que hará aún más difícil la recuperación y la reconstrucción.

Los seis años de conflicto en Siria han tenido efectos devastadores sobre sus habitantes, con más de 400 000 víctimas mortales estimadas y la salida forzada de sus hogares de más de la mitad de la población, en lo que constituye la crisis de refugiados más grande desde la Segunda Guerra Mundial. En el informe titulado The Toll of War: The Economic and Social Consequences of the Conflict in Syria (El costo de la guerra: Las consecuencias económicas y sociales del conflicto en Siria), se proporciona un análisis detallado de los daños físicos causados por la guerra, el impacto de las muertes y el desplazamiento forzado, el efecto sobre la economía y la situación general de la población siria. Para calcular la extensión de los daños se utilizaron imágenes satelitales que se verificaron con noticias publicadas en medios tradicionales y sociales, datos de la evaluación en curso de los daños en Siria e información de las organizaciones asociadas con presencia en el terreno. 

“La guerra en Siria está desgarrando el tejido social y económico del país”, dijo Hafez Ghanem, vicepresidente de la Oficina Regional de Oriente Medio y Norte de África del Banco Mundial. “La cifra de víctimas es devastadora, pero la guerra también está destruyendo las instituciones y los sistemas necesarios para el funcionamiento de las sociedades, y su reparación será un desafío mayor que la reconstrucción de la infraestructura, un desafío que no hará más que acrecentarse a medida que continúe la guerra”.

En el informe se señala que se destruyeron alrededor de 538 000 empleos al año durante los cinco primeros años del conflicto, y que los jóvenes, enfrentados ahora a una tasa de desempleo del 78 %, tienen pocas opciones para sobrevivir. Los ataques específicos contra centros sanitarios han trastornado significativamente el sistema de salud: han resurgido enfermedades transmisibles como la poliomielitis, y se estima que la falta de acceso a la atención médica está provocando más muertes de sirios que los efectos directos de los combates. Los daños sufridos por los centros educativos y el uso de las escuelas como instalaciones militares han perturbado de manera similar el sistema de educación, y la escasez de combustible ha provocado que el suministro de electricidad en las principales ciudades se reduzca a dos horas por día, lo que afecta a toda una serie de servicios básicos. 

“El hecho de que 9 millones de sirios no estén trabajando tendrá consecuencias mucho después del cese de las hostilidades”, señaló Saroj Kumar Jha, director del Banco Mundial para el Máshreq. “La partida de casi 5 millones de refugiados, combinada con la escolarización inadecuada y la desnutrición que provoca retraso en el crecimiento, causará un deterioro a largo plazo del activo más valioso del país, su capital humano. En el futuro, cuando Siria más las necesite, sufrirá una carencia colectiva de habilidades vitales”.

Al comparar las circunstancias actuales con una proyección de cómo habría sido el desarrollo del país sin el conflicto, en el informe se calcula que la guerra ha causado una pérdida de USD 226 000 millones en el producto interno bruto (PIB), equivalente a cuatro veces el valor del PIB en 2010. También se utilizaron modelos económicos para desentrañar los múltiples efectos de la guerra, medir sus impactos por separado y determinar las consecuencias de la prolongación del conflicto. Si bien la tasa de deterioro económico disminuye con el tiempo, sus efectos son más persistentes y dificultan la recuperación.

“Nuestros resultados muestran que, si la guerra terminara este año, la economía recuperaría el 41 % de la diferencia con el nivel anterior al conflicto durante los próximos cuatro años, y las pérdidas ascenderían a 7,6 veces el PIB previo al conflicto a lo largo de 20 años”, dijo Harun Onder, economista superior del Banco Mundial y autor principal del informe. “Sin embargo, si la guerra se prolonga hasta una década, se recuperaría menos de un tercio de esta diferencia en los cuatro años posteriores al final del conflicto, y las pérdidas totales ascenderían a 13 veces el PIB de 2010 a lo largo de dos décadas. También estimamos que, entre el sexto y el vigésimo año del conflicto, se duplicaría el número de sirios que huyen y cruzan la frontera en busca de seguridad”.

 


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