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COMUNICADO DE PRENSA Septiembre 28, 2017

La asistencia alimentaria sigue siendo una red de protección social imprescindible para las personas pobres y vulnerables

CIUDAD DE WASHINGTON, 28 de septiembre de 2017. Los programas alimentarios y de vales de comida, que benefician a 2500 millones de personas en todo el mundo, proporcionan un importante medio de subsistencia a los más pobres y vulnerables. De acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial, entender cómo funcionan estos programas y cómo se relacionan con los sistemas de protección social más amplios resulta imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria y ayudar a los pobres.

Los sistemas de protección social incluyen programas que ayudan a hacer frente a las perturbaciones, brindar oportunidades de empleo a las personas vulnerables, y abordar la pobreza y la falta de seguridad alimentaria. Los alimentos, que representan alrededor del 61 % de los gastos de los pobres, constituyen una gran preocupación diaria para quienes están ubicados en el extremo inferior de la distribución del ingreso. Un programa de asistencia social eficaz basado en el suministro de alimentos puede marcar una gran diferencia y ayudar a que los recursos del hogar puedan destinarse a otras necesidades.

El estudio —The 1.5 Billion People Question: Food, Vouchers or Cash Transfers? (La pregunta de los 1500 millones: ¿Alimentos, vales de comida o transferencias monetarias?)revela que, si bien los países recurren cada vez más a las transferencias monetarias para brindar apoyo a las personas en el marco de la red de protección social, en algunos contextos los programas alimentarios siguen siendo una estrategia importante. En el análisis se destaca que los programas alimentarios y de vales de comida mantienen su vigencia y, en la mayoría de los casos, han mejorado con el tiempo.

“En este informe se analiza cómo integrar satisfactoriamente los mecanismos de protección social y la asistencia alimentaria”, declara Michal Rutkowski, director superior del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Empleo del Banco Mundial. Comprender cómo han evolucionado los programas y aprender de las experiencias de los distintos países nos permite adoptar un enfoque basado en datos empíricos a la hora de proteger a los pobres y vulnerables, y ayuda a los responsables de las políticas a promover intervenciones eficaces.

En el estudio se demuestra que el dinero en efectivo, los vales de comida y las transferencias de alimentos son eficaces cuando se trata de mejorar la seguridad alimentaria, y que las primeras dos opciones tienen más probabilidades de alcanzar esos objetivos a precios más bajos. Asimismo, se analiza de qué modo el uso de la tecnología moderna en los programas alimentarios podría contribuir en gran medida a mejorar esos sistemas de prestaciones. Por ejemplo, en algunos estados de ingreso bajo de India, las herramientas tecnológicas ayudaron a ampliar la cobertura de la distribución de alimentos y reducir las tasas de exclusión de los pobres del programa.

Se ha demostrado que los vales de comida y las transferencias monetarias complementan las transferencias de alimentos destinadas a respaldar otros objetivos de políticas, como los relacionados con la nutrición y la agricultura. “Las modalidades de asistencia basadas en el suministro de alimentos o de dinero en efectivo suelen describirse como alternativas. Sin embargo, ningún sistema de protección social adopta por completo una u otra forma. En el informe se explican las causas de esta situación y los factores que determinan las decisiones relativas a los programas alimentarios”, señala Ugo Gentilini, economista superior del Banco Mundial y uno de los coeditores del estudio.

En algunos casos, la diversidad de contextos en los países —por ejemplo, la disponibilidad de alimentos en los mercados locales— hace que sea necesario mantener la flexibilidad en la elección de los programas. Los factores políticos y económicos, las prácticas del pasado y la multiplicidad de objetivos también pueden ayudar a explicar por qué los Gobiernos siguen recurriendo a las iniciativas basadas en el suministro de alimentos.

En el informe se presentan estudios de casos de programas ejecutados en seis países: Egipto, Estados Unidos, India, Indonesia, México y Sri Lanka. Aunque se trata de países de ingreso mediano y alto, las enseñanzas también pueden aplicarse a los países de ingreso bajo.


COMUNICADO DE PRENSA N.º 2018/026/SPL

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