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COMUNICADO DE PRENSA Marzo 30, 2021

Las economías emergentes de Europa y Asia central retoman la senda del crecimiento en medio de tropiezos relacionados con la pandemia

CIUDAD DE WASHINGTON, 30 de marzo de 2021. Se espera que las economías emergentes y en desarrollo de la región de Europa y Asia central (i) crezcan un 3,6 % este año, mientras la recuperación de las exportaciones y la estabilización de los precios de los productos básicos industriales compensan parcialmente el resurgimiento de la pandemia observado a fines de 2020 y un reciente brote de nuevos casos, según la última edición del informe de actualización económica (i) del Banco Mundial sobre la región, publicado hoy.

El modesto crecimiento de 2021 llega después de una contracción del 2 % en 2020 debido a las alteraciones relacionadas con la COVID-19. La contracción fue menor de lo previsto gracias a una recuperación más contundente en Turquía y la resiliencia observada en Rusia, las economías más grandes de la región. El repunte de la producción industrial, el aumento de la demanda de exportaciones, el incremento de los precios de los productos básicos, y el apoyo fiscal y monetario contribuyeron a este resultado. Se ven más afectadas las economías que dependen en gran medida de los servicios y el turismo, ya que las medidas de distanciamiento social y las restricciones a la circulación condujeron a una desaceleración sostenida en esos sectores.

Se espera que el crecimiento regional llegue al 3,8 % en 2022, a medida que disminuyan gradualmente los efectos de la pandemia y cobren impulso el comercio y la inversión. No obstante, las perspectivas siguen siendo extremadamente inciertas y el crecimiento puede ser menor si la pandemia tarda más de lo previsto en desaparecer, si hay retrasos en la vacunación, si las condiciones de financiamiento externo empeoran debido al aumento de las tasas de interés mundiales o a una menor confianza de los inversionistas, o si se producen tensiones geopolíticas.

Se calcula que la pandemia hará desaparecer al menos cinco años de mejora del ingreso per cápita en varias de las economías de la región y generará un aumento del número de personas en situación de pobreza, principalmente debido a la pérdida de empleos. En general, a pesar del repunte del crecimiento, la recuperación del producto interno bruto (PIB) per cápita de la región es moderada y se ubica por debajo de las tendencias anteriores a la pandemia.

“La pandemia sigue dejando un panorama sombrío en cuanto a la actividad económica en Europa y Asia central. Sin embargo, a medida que los responsables de la formulación de políticas resuelvan los impactos a corto plazo en materia de salud, educación y economía, deberán aprovechar la oportunidad para abordar los desafíos a largo plazo: impulsar la productividad, generar un sector privado más dinámico, mejorar las instituciones y avanzar hacia economías con bajas emisiones de carbono, más verdes e inclusivas”, dijo Anna Bjerde, vicepresidenta del Banco Mundial para Europa y Asia central.

Una buena gestión es fundamental para alcanzar estos objetivos de desarrollo a largo plazo. La pandemia ha subrayado la necesidad de una gestión adecuada, dado el importante papel que han desempeñado los Gobiernos de todo el mundo en la mitigación de los impactos sanitarios, económicos y sociales del virus. El abanico de medidas adoptadas incluye restricciones a la circulación para controlar la propagación de la infección, programas de vacunación, paquetes de ayuda para proteger a las personas y las empresas de las consecuencias económicas de la pandemia, y el diseño de métodos de aprendizaje virtual para millones de niños en edad escolar.

En Europa y Asia central, una buena gestión es aún más pertinente dado el importante papel que históricamente desempeñan los Gobiernos en la determinación del avance económico. El gasto público de la región representa casi el 40 % de la economía y los Gobiernos dan empleo a más de una cuarta parte de los trabajadores mejor educados y más productivos de la región, mientras que las mujeres constituyen el 57 % de los empleados del sector público. Es probable que la función del Gobierno en los países de la región se potencie aún más en los próximos años, impulsada en gran medida por la necesidad de expansión de los servicios de salud y cuidados a largo plazo para una población que está envejeciendo, y el apoyo público a las intervenciones gubernamentales dirigidas a resolver la desigualdad y, en el caso de la COVID-19, mejorar los sistemas de salud y educación.

En un análisis especial del informe sobre datos, digitalización y gestión en Europa y Asia central, se examina la posible función de los datos y la digitalización para mejorar la gestión de gobierno en la región.

“Ante la necesidad de hacer frente a los desafíos planteados por la COVID-19, la mejora de la gestión pública ha adquirido una importancia aún mayor en la región”, dijo Asli Demirgüç-Kunt, economista en jefe del Banco Mundial para Europa y Asia central. “La tecnología digital y la revolución de los datos tienen el potencial de aumentar la eficiencia, la transparencia, la capacidad de respuesta y la confianza de los ciudadanos, y esto mejora directamente la calidad de la tarea del Gobierno”.

Los datos sientan las bases para mejorar la toma de decisiones, optimizar el funcionamiento del Gobierno y asignar más eficazmente los recursos, mientras que la digitalización fortalece estos procesos y permite una mayor eficiencia y transparencia.

A fin de ampliar el impacto de la revolución de los datos, es necesario mejorar la digitalización de las actividades de los Gobiernos y la coordinación entre instituciones de los sistemas de datos descentralizados. La calidad del funcionamiento de un Gobierno está cada vez más determinada por la medida en que este aprovecha las herramientas digitales y aplica tecnología a sus prácticas para mejorar la gestión, la prestación de servicios y la capacidad general del Estado. Los Gobiernos deben implementar estructuras de incentivos para fomentar la adopción y la adaptación de los sistemas de datos dentro de la administración pública.

La revolución de los datos y la digitalización también ofrecen la oportunidad de fortalecer la confianza, ya que fomentan una colaboración eficaz entre los Gobiernos y la sociedad civil. Uno de los mecanismos más prometedores es el de los datos gubernamentales de libre acceso, que reducen los costos de transacción derivados de recopilar, analizar y difundir datos del sector público, y contribuyen a interpretar de forma integral la calidad de la gestión pública. Permitir el acceso abierto a los datos gubernamentales también podría ayudar a contrarrestar la desinformación y la información errónea que se propaga a través de los medios sociales. Al promover mecanismos de comentarios directos entre los ciudadanos y el Gobierno, no solo se mejora la prestación de los servicios públicos, sino que también se genera confianza y legitimidad.


COMUNICADO DE PRENSA N.º 2021/ECA/73

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