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Discursos y transcripciones Noviembre 21, 2019

David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial. Conferencia de prensa conjunta Beijing, China

Me gustaría agradecer al primer ministro Li por su hospitalidad. Hemos mantenido un intercambio constructivo de ideas sobre los desafíos a los que se enfrentan la economía china y la economía mundial.

En nuestras reuniones, elogié al primer ministro y a los líderes de China por las reformas llevadas a cabo y las numerosas reformas importantes que aún se encuentran en marcha.

China comenzó un proceso de apertura muy importante en 1978. La liberalización de la agricultura le permitió registrar una de las tasas de crecimiento agrícola más altas del mundo. En la década de 1990, las reformas se aceleraron con la unificación y la estabilización del renminbi, la liberalización de los precios y la mejora en la regulación de los excesos del sector financiero. A pesar de los períodos de deuda excesiva, las reformas estructurales permitieron lograr un rápido crecimiento sostenido.

Esto se tradujo en grandes beneficios para la población de China, dado que permitió que casi 1000 millones de personas salieran de la pobreza y que el país lograra avances notables en términos de producto interno bruto e ingreso medio. Se están llevando a cabo nuevas reformas.

Los recortes tributarios —la reducción del impuesto al valor agregado— están ayudando a las empresas más pequeñas, y se está considerando la posibilidad de una disminución de los impuestos a los ingresos bajos. Las mejoras introducidas en las leyes de inversión extranjera reducirán la incertidumbre y atraerán mayores niveles de inversión e innovación. Aunque se siguen implementando mejoras en el sistema financiero, la calidad, la transparencia y el nivel de la deuda son aspectos problemáticos. Este año, China mejoró considerablemente su calificación en el índice de la publicación Doing Business del Banco Mundial: registró avances notables en las categorías definidas como tramitación de permisos de construcción, pago de impuestos y resolución de la insolvencia. Este tipo de reformas estructurales puede generar grandes beneficios para los habitantes de China mientras participan más plenamente en los mercados internos e internacionales.

Sin embargo, la economía china enfrenta crecientes limitaciones estructurales y relacionadas con la deuda que requieren nuevos motores de crecimiento, sobre todo durante este período de desaceleración del crecimiento mundial y de recesión en distintas partes de Europa.

Para evitar una desaceleración más profunda, es imprescindible resolver las relaciones comerciales bilaterales, y mejorar la calidad y la transparencia del financiamiento otorgado por China.

En las reuniones, alenté la adopción de nuevas reformas y la liberalización: China podría mejorar el Estado de derecho, permitir que el mercado desempeñe un papel más decisivo en la asignación de recursos (incluidas las inversiones y la deuda), reducir los subsidios a las empresas públicas y otras distorsiones de la economía, y eliminar las barreras a la competencia.

Lograr un crecimiento rápido y de base amplia resulta difícil, pero es vital para reducir las desigualdades y mejorar las condiciones de vida. Para que el crecimiento acelerado sea sostenible, los países deben contar con instituciones sólidas que permitan fomentar la innovación, garantizar la tolerancia y aplicar el Estado de derecho.

El compromiso del Banco Mundial con China ha evolucionado para apoyar estos objetivos. Trabajando en cooperación con varios ministerios, estamos haciendo mayor hincapié en las reformas institucionales; consolidando las fuerzas del mercado; mejorando su desempeño en la protección de los bienes públicos mundiales (como los mares, los ríos, los recursos pesqueros y la calidad del aire), y colaborando con China en la difusión de los conocimientos adquiridos a partir de su acelerado progreso económico.

Me complace anunciar que durante la jornada de hoy firmaré con los ministerios de Finanzas y de Medio Ambiente un memorando de entendimiento que fortalecerá nuestra relación con China en cuestiones ambientales y climáticas. El memorando alienta la cooperación y los avances en materia de plásticos marinos, biodiversidad, adaptación y resiliencia al cambio climático y los fenómenos meteorológicos graves, y una variedad de otras actividades relacionadas con el medio ambiente.

Con una economía que muestra gran dinamismo, China es también un importante actor a nivel mundial y un proveedor cada vez más relevante de financiamiento para el desarrollo. Para agregar valor en esta esfera, es necesario asumir sólidos compromisos con la transparencia de la deuda. Esto consolidará la rendición de cuentas, fomentará la inversión privada en los países en desarrollo y reforzará las salvaguardias contra las crisis financieras.

En este sentido, celebro el apoyo financiero de China al Banco Mundial, especialmente a la Asociación Internacional de Fomento (AIF). La AIF es el fondo del Banco Mundial destinado a los países más pobres del mundo. En tres semanas se llevará a cabo la reposición de sus recursos. La reposición propuesta orientará más fondos hacia las personas que viven en países frágiles y reafirma el compromiso del mundo con la creación de empleo, los asuntos climáticos, las cuestiones de género y la innovación. Estamos muy satisfechos con la activa participación de China en la reposición de los recursos de la AIF. Mediante la plataforma de esta institución y otras vías de cooperación internacional, esperamos poder colaborar con China y otros asociados para obtener resultados de desarrollo positivos que sean durables y permitan mejorar la vida de las personas en todo el mundo en desarrollo.

Una vez más, primer ministro Li, muchas gracias por su hospitalidad y por el intercambio constructivo de ideas.

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