PRINCIPALES CONCLUSIONES:
- Los programas para ampliar la cobertura tuvieron lugar en el contexto político de la redemocratización, la reducción de la desigualdad y el crecimiento económico estable.
- Otros 46 millones de personas en nueve países tienen al menos garantías nominales de atención de salud asequible.
- La mayor parte de la ampliación de la cobertura se logró con la asignación de subsidios a quienes no cuentan con los medios para pagar.
- Utilización casi universal de los servicios de salud reproductiva y maternoinfantil.
- Reducción de la brecha en el estado de salud y en la utilización de los servicios de salud en todos los estratos socioeconómicos.
- Persisten sustanciales desigualdades socioeconómicas, en especial en el acceso a los servicios de atención preventiva.
- Las enfermedades no transmisibles y los factores de riesgo asociados han aumentado de manera sistemática en todos los grupos socioeconómicos, a lo largo del tiempo y en todos los países estudiados.
- Las enfermedades no transmisibles son la causa de la mayor parte de las muertes en esta región. Muchas de estas defunciones podrían evitarse mediante el acceso oportuno a la atención de calidad.
- La calidad de los servicios de salud que reciben las personas depende mucho de dónde se ubican en el orden social o económico.
- Las reformas en el área de la salud han hecho más hincapié en el primer nivel de la atención.
- Ha habido un aumento del financiamiento público para la salud como proporción del producto interno bruto.
- Se han registrado reducciones de los gastos catastróficos y del empobrecimiento, aunque millones de personas todavía afrontan dificultades financieras relacionadas con la salud.
- Los gastos con los medicamentos siguen siendo una pesada carga para las personas pobres.
- Los mejores resultados generales se han registrado en los países que aumentaron el gasto público destinado a la salud, lograron la cobertura de toda su población e integraron sus sistemas de salud.