Una plataforma online para proteger la biodiversidad en el hemisferio occidental

Abril 16, 2013


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Bosque tropical en Costa Rica

Banco Mundial

Reconociendo la importancia de la protección de la biodiversidad, la Cumbre de las Américas sobre Desarrollo Sostenible, convocada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en diciembre de 1996, creó la Red Interamericana de Información sobre Biodiversidad (IABIN). La IABIN es un foro de Internet para la cooperación técnica y científica, que promueve una mayor coordinación entre países del hemisferio occidental en la recopilación, el intercambio y el uso de información sobre biodiversidad pertinente para la toma de decisiones y la educación. La IABIN está mejorando las formas de reunir y analizar datos, transformarlos en conocimiento y transferirlos a las partes pertinentes, para que tomen decisiones y actúen. Esto reduce el tiempo entre la creación de la información y el momento en que está disponible para las autoridades normativas.

Desafío

Desde su creación, en 1993, el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) ha reconocido la importancia de promover la cooperación técnica y científica, lo que contribuiría directamente a la ejecución del mecanismo de facilitación del CBD y a otros aspectos fundamentales para el desarrollo y la lucha contra la pobreza.

El CBD creó el mecanismo de facilitación con los siguientes fines: i) promover y facilitar la cooperación técnica y científica, dentro de cada país y entre los países; ii) desarrollar un mecanismo internacional para intercambiar e integrar información sobre biodiversidad, y iii) desarrollar la red humana y tecnológica necesaria.

Enfoque

Con apoyo del proyecto, el IABIN desarrolló una red descentralizada basada en Internet para ofrecer acceso a información sobre biodiversidad actualmente repartida entre distintas instituciones y organismos de América y para suministrar las herramientas necesarias para extraer conocimiento de todos esos recursos, lo que a su vez respaldaría la toma de decisiones sobre la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad. La arquitectura estaba basada en Internet, y se diseñó para buscar consenso y aprovechar las normas y los protocolos existentes de información relacionada con la biodiversidad, a fin de garantizar la compatibilidad de distintas fuentes de datos dentro de la región.

Si bien la red se pensó como un sistema distribuido de proveedores de datos, en el que cada proveedor mantiene y controla los datos, uno de los componentes clave es el punto de acceso único a los recursos integrados de la red. La estructura de las redes temáticas permitió lograr los resultados y el nivel de sostenibilidad deseados. Los siguientes temas abordan las necesidades de las partes interesadas del IABIN:

  • ecosistemas
  • especies invasoras
  • polinizadores
  • zonas protegidas
  • especies y especímenes

Resultados

El proyecto tenía la ambiciosa meta de facilitar al menos cuatro nuevas asociaciones multinacionales por año en relación con la información sobre la biodiversidad en América. Mediante el uso efectivo de redes, el proyecto logró superar esa meta y llegó a construir 18 nuevas asociaciones.

La IABIN generó más de 5 millones de registros de biodiversidad, provenientes de más de 100 instituciones; brindó capacitación en los procesos de digitalización, integración y análisis de datos a más de 1.000 especialistas provenientes de museos, jardines botánicos, instituciones académicas y ONG, y concientizó acerca del estado y las tendencias en términos de biodiversidad y hábitats. En el caso de la Red Temática de Especies y Especímenes (SSTN), 36 instituciones digitalizaron aproximadamente 1,3 millones de especímenes y 12 instituciones digitalizaron 36.840 registros de especies, que están disponibles en el portal de datos de la SSTN. Esta red integra más de 5 millones de registros de especímenes, provenientes de 54 instituciones, y más de 41.000 registros de especies, provenientes de 14 proveedores de datos.

La IABIN también mejoró los medios para reunir y analizar datos, transformar datos en conocimiento y transferir esa información a las partes pertinentes, para que tomen decisiones y actúen. El proyecto desarrolló seis herramientas de información con valor agregado para respaldar la toma de decisiones utilizando los datos proporcionados para la Ruta de Análisis e Integración de Datos de la IABIN, mediante la integración, la superposición y la visualización de datos compartidos a través de dicha red. Estas herramientas ayudaron a recopilar millones de datos sobre especies, especímenes, invasores y polinizadores en una plataforma geoespacial, junto con datos sobre ecosistemas y zonas protegidas, en coordinación con prácticamente todos los Gobiernos, ONG e instituciones académicas participantes del hemisferio.


Aporte del Grupo Banco Mundial

El Banco Mundial ofreció US$829.700 a lo largo de más de 7 años. El éxito del diseño del proyecto puede medirse a partir del nivel elevado de movilización de fondos. El proyecto atrajo una cantidad significativa de recursos (aproximadamente US$23 millones) en forma de cofinanciamiento, que superó ampliamente la asignación de US$6 millones del Fondo de Medio Ambiente Mundial.

Socios

Se estima que 145 instituciones de 23 países e instituciones regionales o internacionales participaron de las redes temáticas. Entre las organizaciones a cargo del proyecto se encuentran el organismo de ejecución; la entidad de ejecución; la Secretaría, el Consejo y el Comité Ejecutivo de la IABIN; las instituciones coordinadoras de las redes temáticas; los puntos focales de la IABIN, y los Gobiernos y las instituciones de América que son tanto proveedores de datos como usuarios de la información. El personal del Servicio Geológico de Estados Unidos invirtió una cantidad de tiempo y energía considerable en la ejecución de la IABIN.

Las ONG proporcionaron cerca de la mitad del cofinanciamiento, y las contribuciones gubernamentales representaron el 40% (el Gobierno de Estados Unidos brindó casi la mitad del total de estas últimas). Las organizaciones multilaterales participaron con aproximadamente el 8%, mientras que las instituciones académicas aportaron el 3%. El cofinanciamiento se conformó de diversas maneras: tiempo de expertos técnicos, provisión de lugares para la IABIN y para reuniones, desarrollo, lanzamiento y hospedaje de sitios web, etc.

Además, desde la creación de la IABIN, en 1996, los 34 países designaron puntos focales oficiales. Se realizaron cuatro reuniones del Consejo de la IABIN con los puntos focales y representantes de las comunidades internacionales, de ONG y del sector privado.



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Pingüino de la Patagonia

Banco Mundial

De cara al futuro

Sin duda, el enfoque utilizado para la creación de la IABIN es un modelo para ampliar y repetir:

  • En primer lugar, el diseño del proyecto se basa en la premisa de lograr el intercambio hemisférico de información sobre biodiversidad eliminando barreras. La evaluación de las redes de información sobre biodiversidad existentes permitió evitar las iniciativas repetidas y llenar un nicho en términos de acceso más amplio a información sobre biodiversidad de calidad repartida previamente en distintos lugares de América.
  • En segundo lugar, el proyecto aprovecha procesos políticos y mundiales existentes. Esto permite que la IABIN se posicione como una red que abarca toda la región, alineada de manera estrecha con las prioridades de los países, e incluye una mayor cooperación entre los 34 países participantes.
  • En tercer lugar, la calidad de la cooperación con otros socios en la tarea del desarrollo fue muy elevada, tanto teniendo en cuenta la perspectiva de la asistencia técnica (en especial, la suministrada por el Servicio Geológico de los Estados Unidos) como la notable cantidad de recursos financieros reunidos entre otros donantes.

Beneficiarios

Uno de los principales logros del proyecto fue demostrar el uso de datos científicamente sólidos producidos por la IABIN en la toma de decisiones relacionadas con la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible de los recursos naturales. En las Bahamas, por ejemplo, se desarrolló una estrategia nacional de especies invasoras sobre la base de las herramientas y la información habilitadas en el contexto de la Red de Información sobre Especies Invasoras (I3N) de Bahamas. En Uruguay, la base de datos sobre especies invasoras (InBUy), desarrollada con el apoyo de I3N, contribuyó a la creación de una lista de especies invasoras para Uruguay y de un sistema de información geográfica ambiental costero y nacional, y a la generación de conciencia acerca de los riesgos que enfrenta la biodiversidad, tanto a nivel nacional como regional.

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Más de 5 millones
de registros de biodiversidad fueron generados por más de 100 instituciones




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