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Reseña de resultados Enero 30, 2018

Transformar la prestación de servicios de protección social

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Ruth Orué desarrolló habilidades de liderazgo y empresariales con la ayuda de un consejero comunitario. Fotografía: Cynthia Flores Mora/Banco Mundial.


El Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (MIFAN) de Nicaragua implementó un modelo de bienestar social basado en la comunidad que aumentó la matrícula escolar de niños que habitualmente estaban fuera del sistema educativo. La matrícula escolar subió a 90 %, en tanto que el 91 % de los niños pudo avanzar al próximo nivel escolar y las tasas de retención de los estudiantes preescolares y primarios en 26 municipios seleccionados mejoraron del 85 % al 90 %.

Desafío

A pesar de avanzar hacia la consecución de varios objetivos de desarrollo del milenio entre 2001 y 2010, particularmente en las áreas de salud y educación, alrededor de 300 000 familias nicaragüenses todavía vivían en la pobreza extrema en diciembre de 2010, y en 100 000 de estas familias al menos un niño trabajaba o no iba a la escuela. Estas familias también enfrentaban enormes brechas en el uso de servicios sociales. Al mismo tiempo, el MIFAN desarrollaba un nuevo modelo para mejorar su prestación de servicios de bienestar social. Específicamente, el ministerio fue responsable de administrar un programa dirigido a los niños en riesgo y diseñado para reducir la pobreza, mejorar el desarrollo humano y coordinar diversos sectores sociales a nivel nacional y local. El objetivo del programa, que benefició a alrededor de 11 000 niños en situación de riesgo, fue conseguir que volvieran a la escuela mejorando las prácticas y condiciones socioeconómicas de las familias con sesiones de capacitación en habilidades parentales y su integración en los servicios existentes usando un sistema eficaz de remisión de casos.

Estrategia

El objetivo del Proyecto de Protección Social fue fomentar cambios de comportamiento en las familias extremadamente pobres y lograr mejoras rápidas en su bienestar básico y social en 26 municipalidades con poblaciones en situación de pobreza. [1] El proyecto entregó asistencia técnica al MIFAN para mejorar su organización, estructura y capacidad operativa en la implementación del nuevo modelo y en la mejora del programa de niños en riesgo. A través de la implementación del nuevo modelo se proporcionó una serie de servicios para aumentar el uso de programas sociales, asesoramiento familiar y subvenciones familiares, y se llevaron a cabo talleres educativos comunitarios y planes de alimentación escolar. También se adaptaron los materiales de los talleres educativos a las culturas de las poblaciones indígenas. Los miembros de las familias tuvieron que participar en talleres para poder recibir los beneficios del programa de transferencias monetarias condicionadas. En estos talleres, las familias recibieron capacitación en nuevas prácticas de crianza y relaciones familiares, y en prevención de conductas de riesgo. Además, se apoyó el uso de servicios públicos con remisiones y contrarremisiones aplicando un enfoque multisectorial coordinado.

Resultados

Un total de 17 992 familias se beneficiaron con estos servicios y se graduaron del programa en los 26 municipios seleccionados. Entre 2012 y 2017, se consiguieron los siguientes resultados:

  • El porcentaje de familias cuyos niños no asistían a la escuela y que ahora lo hacían en los lugares seleccionados aumentó del 63 % al 95 %;
  • Las tasas de retención en la escuela primaria pública aumentaron del 85 % al 90 %;
  • El porcentaje de niños en la escuela primaria que avanzaron al siguiente nivel llegó a 91 %;
  • El porcentaje de familias que usaban servicios y programas locales aumentó de cero a 98 %;
  • El porcentaje de familias inscritas en los programas del MIFAN y registradas en el sistema de gestión de la información aumentó de cero a 100 %, y
  • El porcentaje de municipalidades donde el MIFAN implementó el nuevo modelo aumentó de cero a 100 %.

Además, la participación en el nuevo modelo ayudó a reducir el trabajo infantil entre los niños y niñas de entre 6 y 14 años en 6,6 puntos porcentuales, y las tasas de pobreza general e infantil disminuyeron 4 puntos porcentuales en las regiones donde se implementó el proyecto.

Contribución del Grupo Banco Mundial

La Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial proporcionó un crédito por USD 19,5 millones para apoyar la puesta en marcha del proyecto. También se movilizaron USD 2,75 millones del Fondo de Respuestas Sociales Rápidas para preparar el programa y llevar a cabo la implementación inicial del proyecto.

Asociados

Existe una sólida alianza entre los asociados para el desarrollo en el sector de protección social de Nicaragua. Durante la puesta en práctica del proyecto, las reuniones técnicas entre el MIFAN y los asociados principales (la AIF, el Banco Interamericano de Desarrollo, UNICEF, el Organismo Japonés de Cooperación Internacional y Canadá) facilitaron la armonización de los esfuerzos en terreno y mejoraron la transparencia y la rendición de cuentas en los sistemas nacionales.

De cara al futuro

El MIFAN ha institucionalizado todos los componentes del proyecto, ampliando el modelo a la costa del Caribe, exigiendo el uso del sistema de gestión de la información y del registro único de beneficiarios en todos los programas del MIFAN, e incorporando talleres educativos familiares y la prestación de servicios de asesoramiento. Debido a las restricciones presupuestarias del sector público, los subsidios a las familias se discontinuaron. En cambio, el MIFAN está incorporando a familias seleccionadas en otros programas productivos inclusivos. En la actualidad, la labor del Banco comprende dos iniciativas: i) el Fondo Fiduciario sobre Cuestiones de Género por un monto de USD 120 000 para abordar el embarazo adolescente mejorando las oportunidades socioeconómicas de los jóvenes, que será implementado en los ejercicios de 2018 y 2019, y ii) un estudio de empleabilidad y oportunidades laborales en Centroamérica por un monto de USD 250 000, en el que se abordará el desarrollo de estrategias de empleo.

Beneficiarios

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Rosa Herrera, una jefa de familia que solía vender en las calles, se convirtió en emprendedora después de participar en talleres educativos comunitarios. Fotografía: Cynthia Flores Mora/Banco Mundial

Rosa Herrera, de 27 años, vive en Jinotega con sus tres niños: “Antes de participar en los talleres educativos comunitarios, vendía comida en la calle con mis niños, y ellos no iban a la escuela. Era una madre agresiva, y no tenía un hogar decente. Hoy, tengo un almacén e incluso sé cómo usar el computador para manejar mis finanzas. Envío a mis niños a la escuela, y los trato con respeto”.

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Teresa Vargas, consejera de los talleres educativos comunitarios en Jinotega, Nicaragua. Fotografía: Cynthia Flores Mora/Banco Mundial

Teresa Vargas, de 58 años y madre de seis niños, se benefició con el proyecto y ahora trabaja como voluntaria enseñando en los talleres educativos comunitarios: “Si tu actitud, tus pensamientos, tu mentalidad han sido derrotistas, negativos, pesimistas, tienes que cambiarlos para tener un futuro mejor. Aconsejo a las familias para que conviertan cada dificultad en una fortaleza y luego se sorprendan con lo que pueden lograr en sus vidas”.

Sepa más

Proyecto de Protección Social en Nicaragua

Artículo del Banco Mundial: Escuelas de valores, muchos pasos hacia adelante 

Artículo del periódico español “El País”: Escuelas de valores que transforman comunidades

Multimedia

Consejeros, transformando vidas en Nicaragua

Escuela de Valores, muchos pasos hacia adelante

1. La protección social y el bienestar social fueron definidos como un conjunto de 25 condiciones que cubren las áreas de protección e identificación básicas, salud y nutrición, educación y familia, y relaciones comunitarias.