Asia oriental y el Pacífico
Asia oriental y el Pacífico, en el contexto de la economía mundial, se destaca como un modelo de desarrollo. La región sigue creciendo a un ritmo relativamente rápido, y los beneficios se distribuyen de manera amplia. Sin embargo, la región también enfrenta desafíos.
¿Qué influencia tienen las tensiones globales en el comercio y la inversión? ¿Cómo afectará la creciente incertidumbre mundial a los países de la región? ¿De qué manera se ven afectados los empleos y los salarios por las nuevas tecnologías como los robots, la inteligencia artificial (IA) y las plataformas digitales? ¿Qué se puede hacer para aliviar las perturbaciones que sufren los trabajadores?
Estas son algunas de las principales preguntas que se analizan en el informe actualizado sobre la economía de Asia oriental y el Pacífico correspondiente a octubre de 2024.
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Asia meridional
Se prevé que el crecimiento de Asia meridional superará este año las proyecciones anteriores y mantendrá a la región en la senda para convertirse en la de mayor crecimiento del mundo. Este repunte generalizado está respaldado por una fuerte demanda interna en India y una recuperación más rápida en la mayoría de los demás países de Asia meridional. Sin embargo, la región podría hacer más para desplegar todo su potencial económico. Reformas normativas clave para incorporar a más mujeres en la fuerza laboral y eliminar las barreras a la inversión y el comercio mundiales pueden acelerar el crecimiento. En Asia meridional, la participación de la mujer en la fuerza de trabajo es una de las más bajas del mundo. Incrementar las tasas de participación femenina en la fuerza laboral para alcanzar la de los hombres aumentaría el PIB regional hasta en un 51 %.
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África
La recuperación del crecimiento en África subsahariana se ha reanudado, pero sigue siendo lenta. Según las proyecciones, la actividad económica de la región crecerá un 3 % en 2024, después de haber bajado a un 2,4 % en 2023. El consumo privado y las inversiones han respaldado la recuperación del crecimiento en 2024. Se espera que el crecimiento se acelere aún más y llegue al 4 % en 2025-26. Sin embargo, las perspectivas siguen siendo inciertas a pesar del descenso de la inflación global y la resiliencia de la actividad mundial, que respaldan el crecimiento de la región. África subsahariana debe acelerar aún más el crecimiento para reducir la pobreza extrema y aumentar la prosperidad. Se proyecta que el PIB per cápita crecerá un 0,5 % en 2024 y un 1,4 % en 2025, pero este aumento previsto seguiría dejando los niveles de vida de la región por debajo de las cifras de 2014. La estabilidad macroeconómica y las inversiones en capital humano son fundamentales para lograr un crecimiento inclusivo en la región. Los esfuerzos deben centrarse en dotar a los niños de habilidades básicas y proporcionarles a los jóvenes habilidades de orden superior que sean relevantes en un mercado laboral en rápida evolución. Para lograr la educación universal en 2030, será necesario un aumento de las inversiones en educación, un gasto eficaz en función de los costos y la colaboración con los asociados locales. Abordar estos desafíos requerirá una respuesta normativa sólida que permita reducir el déficit de gasto y alcanzar los objetivos en materia de educación.
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Europa y Asia central
Es probable que el crecimiento económico de Europa y Asia central bajará de un 3,5 % en 2023 a un 3,3 % este año, lo que refleja una cifra considerablemente menor que el crecimiento promedio del 4,1 % registrado en el período 2000-19. El crecimiento de este año está impulsado por las políticas fiscales expansivas y el fuerte consumo privado. La demanda externa es menos favorable debido a la débil expansión económica en los principales socios comerciales, como la Unión Europea. Existe la posibilidad de que la actividad económica se desacelere aún más en 2025, como consecuencia de la atenuación de la expansión en la Federación de Rusia y Türkiye. Para liberar el talento necesario que ayude a reactivar el crecimiento e impulsar la convergencia con los países de ingreso alto, la región debe reformar sus sistemas educativos, en particular la enseñanza superior.
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América Latina y el Caribe
Según el informe, el producto interno bruto regional crecerá un 1,9 % en 2024, superando ligeramente estimaciones previas. Se prevé que la región crecerá un 2,6 % en 2025, cifra que representa un regreso a los bajos niveles anteriores a la pandemia e insuficientes para una reducción de la pobreza significativa.
Para acelerar el crecimiento, la región debe aprovechar la actual dinámica económica. Se espera que la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés proporcione cierto alivio. El control de la inflación es otro avance positivo, gracias a la gestión macroeconómica eficaz de los países de la región. Brasil y Perú están bien encaminados para cumplir sus objetivos de inflación en 2024, y se espera que lo mismo ocurrirá pronto en otras economías principales. En el informe también se destaca que la inversión pública y privada en América Latina y el Caribe siguen siendo bajas, y que la región no está aprovechando plenamente las oportunidades de “nearshoring” (deslocalización).
Asimismo, se profundiza en los impuestos a la riqueza como alternativa para generar espacio fiscal, igualar los ingresos y estimular el crecimiento. Sin embargo, los beneficios no serán automáticos. Es necesario realizar inversiones en la capacidad administrativa, y llevar a cabo una tasación adecuada de las propiedades para garantizar la progresividad.
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Oriente Medio y Norte de África
Según el informe, se prevé que el crecimiento general del producto interno bruto (PIB) de Oriente Medio y Norte de África (MENA) aumentará al 2,2 % en 2024 —un modesto incremento respecto del 1,8 % registrado en 2023— en medio de una mayor incertidumbre en la región. Además de examinar las perspectivas macroeconómicas regionales, en esta edición semestral del informe actualizado sobre la economía de MENA se incluye un capítulo relativo a los impactos económicos del conflicto en la economía palestina, así como en las economías de la región y de otros lugares. También se analizan conflictos pasados, y se estima que el PIB per cápita de los países afectados por tales hechos podría haber sido, en promedio, un 45 % más alto, calculado siete años después del inicio del conflicto. Y si bien el crecimiento de la región será moderado en 2024, en el informe se mencionan algunos mecanismos que los países de la región podrían utilizar para acelerar el crecimiento económico.
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