En todo el mundo, las ciudades están creciendo y transformándose a un ritmo sin precedentes: se calcula que para 2050 cerca del 70 % de la población mundial vivirá en zonas urbanas. Este crecimiento hace cada vez más urgente garantizar que las edificaciones sean más resistentes a desastres y efectos del cambio climático, además de ser accesibles para personas de todas las edades y capacidades. Para lograrlo, contar con códigos de construcción modernos y mecanismos efectivos de control es clave.
La nueva publicación “Evaluación Global de los Códigos de Construcción: Estado Actual y Necesidades en Evolución para Promover Edificaciones Resilientes, Sostenibles e Inclusivas” (disponible en inglés) ofrece un panorama detallado de la situación en 22 países de distintas regiones, que incluyen Argelia, Bután, Chile, Colombia, El Salvador, Ghana, Indonesia, México, Mongolia, Marruecos, Mozambique, Nepal, Perú, Filipinas, Ruanda, Samoa, Sudáfrica, Tayikistán, Tonga, Türkiye, Uzbekistán y Vanuatu.
Este trabajo se realizó en colaboración con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con el apoyo del Global Facility for Disaster Reduction and Recovery (GFDRR) y del Gobierno de Japón, a través del Programa Japón-Banco Mundial para la Incorporación de la Gestión del Riesgo de Desastres en Países en Desarrollo. Para elaborarlo, se recopiló información de expertos locales en diseño y construcción, validada por especialistas internacionales y complementada con casos prácticos y revisiones adicionales para conocer distintas perspectivas y compartir experiencias relevantes.
Adaptar los códigos a nuevos riesgos y desafíos
Uno de los hallazgos clave es la necesidad de actualizar los códigos para reforzar la protección contra terremotos y vientos fuertes, mediante mapas de amenazas más precisos y reforzando los requisitos de diseño para elementos estructurales y no estructurales que garanticen la seguridad de las estructuras y sus ocupantes. Además, el informe alerta sobre la falta de normas para fenómenos climáticos emergentes, como inundaciones cada vez más frecuentes, olas de calor extremas e incendios forestales. Por ejemplo, solo siete de los 22 países estudiados cuentan con estándares de diseño que consideren riesgos de inundaciones.
Atención a viviendas pequeñas y edificaciones ya construidas
El estudio también subraya la importancia de contar con normas sencillas y claras para construcciones de menor escala, lo que facilitaría su cumplimiento y promovería edificaciones más seguras. Otro aspecto crítico es que la mayoría de los códigos se enfocan en edificaciones nuevas, dejando de lado directrices específicas para remodelaciones, ampliaciones o cambios de uso: solo 10 de los países analizados contemplan este tipo de intervenciones. Para que los edificios existentes sean más seguros y adaptables, es fundamental incluir lineamientos para su evaluación, refuerzo y renovación. Por ejemplo, en Indonesia, una revisión realizada con apoyo del Banco Mundial bajo el Plan Nacional de Resiliencia Sísmica a Escala Nacional apoyado, identificó vacíos en los Estándares Nacionales de Indonesia (SNI) respecto a edificaciones existentes y actualmente el país trabaja en nuevas normas para cerrar esa brecha.