Pese a la disminución de la pobreza extrema, según mediciones más amplias, miles de millones de personas aún tienen grandes dificultades para satisfacer necesidades básicas
CIUDAD DE WASHINGTON, 17 de octubre de 2018. El progreso económico en el mundo muestra que, si bien hay menos personas que viven en la pobreza extrema, casi la mitad de la población mundial, es decir, 3400 millones de personas, aún tiene grandes dificultades para satisfacer necesidades básicas, según el Banco Mundial.
Vivir con menos de USD 3,20 al día refleja las líneas de pobreza en los países de ingreso mediano bajo, mientras que USD 5,50 al día representan el parámetro en los países de ingreso mediano alto, según lo señalado por el Banco Mundial en su informe bienal titulado Poverty and Shared Prosperity 2018: Piecing Together the Poverty Puzzle (La pobreza y la prosperidad compartida 2018: Armando el rompecabezas de la pobreza).
El Banco Mundial mantiene su compromiso de lograr el objetivo de poner fin a la pobreza extrema —que se define como vivir con menos de USD 1,90 al día— a más tardar en 2030. La proporción de la población mundial que vive en la pobreza extrema bajó al 10 % en 2015, pero el ritmo de reducción ha sido más lento, advirtió el Banco el 19 de septiembre.
Sin embargo, según el informe, dado que el crecimiento económico señala que, en la actualidad, una proporción mucho mayor de la población pobre del mundo vive en países más ricos, establecer líneas de pobreza adicionales y comprender la pobreza desde una perspectiva más amplia son aspectos cruciales para poder combatirla plenamente.
“Nuestros objetivos son poner fin a la pobreza extrema a más tardar en 2030 e impulsar la prosperidad compartida, y seguimos comprometidos con ellos”, dijo el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim. “Al mismo tiempo, podemos analizar la pobreza desde una perspectiva más amplia, en diferentes niveles y dimensiones en todo el mundo. Esta perspectiva revela que la pobreza está más extendida y arraigada, lo que pone de relieve la importancia de invertir en las personas”.
Si bien las tasas de pobreza extrema han disminuido considerablemente, al caer del 36 % en 1990, en el análisis ampliado que se hace en el informe acerca de la índole de la pobreza se demuestra la magnitud del desafío de erradicarla. Más de 1900 millones de personas, es decir, el 26,2 % de la población mundial, vivían con menos de USD 3,20 al día en 2015. Cerca del 46 % de la población del planeta vivía con menos de USD 5,50 al día.
El informe también va más allá de las mediciones de la pobreza en términos monetarios, para entender de qué manera el acceso a servicios adecuados de agua y saneamiento, educación o electricidad afecta el bienestar de las familias. Y puesto que la carga de la pobreza suele recaer con mayor fuerza en las en las mujeres y los niños, en el informe se analizan las formas en que la pobreza puede variar al interior de los hogares.
Según el informe, los ingresos del 40 % más pobre aumentaron en 70 de las 91 economías estudiadas. En más de la mitad de las economías, los ingresos aumentaron con mayor rapidez que el promedio, lo que significa que ellas recibían una mayor proporción de la riqueza económica. Sin embargo, los avances en cuanto a la prosperidad compartida se retrasaron en algunas regiones del mundo. En el informe también se advierte que los datos necesarios para medir la prosperidad compartida son más deficientes precisamente en los países donde es más imperioso que mejoren. Tan solo uno de cada cuatro países de ingreso bajo y cuatro de los 35 Estados reconocidos como frágiles y afectados por conflictos cuentan con datos sobre la prosperidad compartida a lo largo del tiempo.
Las nuevas mediciones permiten al Banco Mundial hacer un mejor seguimiento de la pobreza en todos los países, en diversos aspectos de la vida y de todos los integrantes de cada hogar.
RESEÑAS REGIONALES
Asia oriental y el Pacífico. La región fue una de las que registró los mejores resultados en materia de prosperidad compartida: los ingresos del 40 % más pobre de la población crecieron 4,7 %, en promedio, entre 2010 y 2015. Asia oriental registró las mayores reducciones no solo de la pobreza extrema, sino también de la proporción de personas que viven con menos de USD 3,20 y USD 5,50 al día. Si bien la pobreza extrema es muy baja, en esta región aumentó el porcentaje de personas que carecen de acceso a servicios de saneamiento.
Europa y Asia central. Muchos países de la región sufrieron un retroceso del crecimiento de los ingresos del 40 % más pobre de su población. No obstante, varias economías cuyo 40 % más pobre de la población experimentó importantes reducciones de sus ingresos debido a crisis financieras y de la deuda se estaban recuperando. Entre las regiones en desarrollo, Europa y Asia central registró el menor porcentaje de personas que vivían por debajo de las líneas de pobreza de USD 3,20 y USD 5,50. Sin embargo, en lo que respecta al porcentaje de personas no escolarizadas, los resultados de esta región son menos favorables que en Asia oriental y el Pacífico y en América Latina y el Caribe.
América Latina y el Caribe. Entre 2010 y 2015, en la región hubo menos prosperidad compartida que en años anteriores debido a que sus economías se vieron afectadas por una disminución de los precios mundiales de los productos básicos. En 2015, casi el 11 % de la población de esta región vivía con menos de USD 3,20 al día y más del 26 % lo hacía con menos de USD 5,50 al día. En cuanto a las dimensiones no monetarias, como la falta de acceso a agua potable, saneamiento adecuado o electricidad, la pobreza estaba asociada en mucho menor medida a los aspectos monetarios.
Oriente Medio y Norte de África. Aun cuando en la región se observó un aumento del número de personas que viven con menos de USD 1,90 al día, los niveles de pobreza extrema se mantuvieron bajos. Sin embargo, en 2015, el número de personas que vivían con menos de USD 5,50 al día era mayor que en 1990. Además, casi una de cada siete personas carece de servicios de saneamiento adecuados.
Asia meridional. Entre 2010 y 2015, en esta región se registró un crecimiento impresionante de los ingresos del 40 % más pobre de la población. Pese a una disminución de 35 puntos porcentuales de la pobreza extrema entre 1990 y 2015, el número de personas que vivían con menos de USD 3,20 al día en la región disminuyó apenas un 8 %, y más del 80 % de la población aún vivía con menos de USD 5,50 al día en 2015. Además, el número de personas de esta región que vivían en hogares sin acceso a electricidad o a saneamiento adecuado era mucho mayor que el número de personas que vivían en situación de pobreza monetaria.
África al sur del Sahara. Un tercio de los países de la región experimentaron un crecimiento negativo de los ingresos del 40 % más pobre de su población. Esta es la región con la mayor cantidad de personas extremadamente pobres; su población casi se duplicó entre 1990 y 2015, y uno de los mayores incrementos de la población correspondió al segmento que vive con menos de USD 3,20 y más de USD 1,90 al día. Los pobres sufrían privaciones en numerosos aspectos, como bajos niveles de consumo y falta de acceso a la educación y a servicios básicos de infraestructura.