ARTÍCULO

Presidente del Grupo del Banco Mundial lleva mensaje de esperanza a Oriente Medio

Junio 01, 2014


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Foto: Mohamed Azakir / Banco Mundial


TITULARES
  • En su primera visita como presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, quiere transmitir un mensaje de optimismo a la población de Arabia Saudita, el Líbano y Jordania.
  • El GBM está ayudando a Jordania y el Líbano a afrontar la crisis de los millones de refugiados que huyen del actual conflicto en Siria, pero la comunidad internacional debe proporcionar más asistencia.
  • También se ha comprometido a aumentar el apoyo a los países que atraviesan un proceso de transición política en la región.

El mensaje del presidente del Grupo del Banco Mundial, Jim Yong Kim, para Oriente Medio y Norte de África es que a pesar de los enormes desafíos, la región puede encontrar una manera de salir de sus crisis.

Durante su visita de cuatro días a Arabia Saudita, el Líbano y Jordania, el presidente Kim se referirá a la importancia de las alianzas, el buen gobierno, la transparencia y la creación de puestos de trabajo para las mujeres y los jóvenes.

Cuatro años después de la primavera árabe, la región se encuentra en una encrucijada. Hay un conflicto en curso en Siria. Millones de personas han huido a Jordania y el Líbano, y ahora estos países tienen dificultades para financiar sus servicios públicos. Varias otras naciones de la región atraviesan procesos de transición política o se recuperan de conflictos, y la mayoría debe mejorar la educación, adaptarse al cambio climático, mejorar la gobernanza, enfrentar la desigualdad y reducir el desempleo.

Pero hay signos incipientes de esperanza. En Túnez, donde comenzó la primavera árabe, irreconciliables rivales políticos dejaron a un lado sus diferencias a comienzos de este año y ratificaron una nueva Constitución, en la que se adoptaron los principios del pluralismo. En la República del Yemen, la Conferencia de Diálogo Nacional reunió a representantes de todos los partidos políticos, la sociedad civil, las mujeres y los jóvenes. El encuentro tuvo por primera vez una importante presencia femenina, la que llegó al 30 % de los participantes.

“Visito Oriente Medio en una época en que existen enormes desafíos”, dijo Kim. “Sin embargo, soy optimista y creo que un futuro mejor para la próxima generación está al alcance de la mano”.

Kim agregó que el Grupo del Banco Mundial está trabajando con asociados en la tarea del desarrollo con el fin de “proporcionar todo el apoyo necesario en este momento crucial”.

Esto incluye los compromisos financieros para la región, que han ido aumentando en los últimos años y ahora ascienden a US$16 000 millones. Los nuevos compromisos para el ejercicio 2014 —que se extiende entre el 1 de julio de 2013 y el 1 de julio de 2014— son de aproximadamente US$5000 millones. El Banco también ha compartido las lecciones aprendidas de su labor en todo el mundo sobre cómo transformar un sector privado dinámico en un motor de crecimiento inclusivo y el papel que desempeñan el buen gobierno y la transparencia en la creación de instituciones eficaces y responsables.

Y, entre otras iniciativas, el Grupo del Banco Mundial quiere fortalecer las alianzas con Arabia Saudita y los fondos árabes para el desarrollo con el fin de mejorar el comercio y el transporte al interior y entre los países, y ampliar el apoyo a las naciones que atraviesan procesos de transición política.

Arabia Saudita aportó US$3250 millones para respaldar la transición en Yemen, y también  organizó —junto con el Reino Unido— los “Amigos de Yemen”, un  grupo de países y organizaciones intergubernamentales que se reunieron para ayudar a esta nación durante dicho proceso.

Otro propósito  importante de la visita del presidente Kim es reforzar el apoyo del Grupo del Banco Mundial a Jordania y el Líbano, que han recibido a cerca de 2 millones de refugiados sirios.

En el Líbano, aproximadamente un cuarto de la población son ahora ciudadanos sirios. Una evaluación del Banco Mundial sobre el impacto de este fenómeno estima que el producto interno bruto (PIB) bajó un 2,9 % anual entre 2012 y 2014. Además, durante ese tiempo, 170 000 libaneses cayeron en la pobreza, la tasa de desempleo se duplicó a más de 20 %, y las pérdidas económicas totales tanto del sector público como privado fueron estimadas en US$7500 millones.

En el Líbano y Jordania, los refugiados ejercen una presión adicional sobre servicios básicos como el suministro de agua y electricidad, la eliminación de residuos, la educación primaria y la salud, y además provocan una mayor competencia por los escasos puestos de trabajo.

Para ayudar al Líbano, el Banco creó un fondo fiduciario de donaciones, realizadas por donantes y asociados. Noruega ya ha contribuido, y Francia y Finlandia se han comprometido recientemente a colaborar, mientras que otros donantes han expresado su interés. El Banco ha aportado US$10 millones, a través del Fondo para la Construcción de los Estados y la Consolidación de la Paz.

En el caso de Jordania, el Banco proporcionó una rápida asistencia financiera de US$150 millones en julio de 2013 para ayudar al país a enfrentar la afluencia de refugiados. En octubre de 2013, el Banco y varios asociados—incluidos el Reino Unido, Canadá, Suiza y el Fondo Árabe — realizaron una donación adicional de US$60 millones. Otros US$250 millones fueron aprobados el 13 de marzo de 2014.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) hizo un histórico llamamiento de asistencia humanitaria por US$6500 millones para 2014 con el fin de apoyar la respuesta de las organizaciones de ayuda a ​​las masivas necesidades en Siria y los países vecinos. Unos US$2300 millones se recaudaron en la Conferencia de Donantes de Kuwait en enero de 2014.

“El mundo debe aumentar su respaldo a las comunidades de los jordanos y libaneses que reciben a los refugiados”, dijo el presidente Kim. “Las personas de estos países han demostrado una generosidad sin precedentes. No se las debe dejar asumir solas esta crisis”.





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