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ARTÍCULO Febrero 04, 2021

El futuro empieza en la escuela: preparar a la juventud de Brasil para su transición a mejores empleos

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TITULARES

  • En Brasil, el 23,5 % de los jóvenes de entre 15 y 29 años (11 millones) no trabaja ni estudia y, de ellos, dos tercios son mujeres y niñas.
  • El Banco Mundial puso en marcha el proyecto piloto “Diseñando futuros” con el objetivo de ayudar a las estudiantes brasileñas a superar los obstáculos que les impiden hacer realidad sus sueños cuando transitan de la escuela secundaria a los estudios universitarios o al mundo laboral.
  • En el marco del proyecto, se creó un conjunto de herramientas y una guía de formación dirigidos a educadores para que puedan fomentar un diálogo abierto y franco con sus estudiantes sobre relaciones más equitativas entre los hombres y las mujeres, el mundo del trabajo y las posibilidades de la formación permanente.

Resumen

En 2018, a través de un estudio del Banco Mundial realizado en el estado de Pernambuco, Brasil, se identificaron los factores que contribuyen a que 11 millones de jóvenes —dos tercios de ellos mujeres y niñas— no trabajen ni vayan a la escuela. En el estudio se relacionan las elevadas tasas de jóvenes al margen del mundo académico y laboral, y sin ninguna formación o empleo, con las principales barreras a las que se enfrentan esos jóvenes. La primera se vincula con la percepción que tienen los estudiantes de que continuar los estudios y encontrar un trabajo no es algo importante, valioso o factible para ellos (especialmente para las mujeres jóvenes), y la segunda se relaciona con su falta de conocimientos o preparación para avanzar hacia el logro de sus aspiraciones. ¿Cómo se puede motivar y apoyar a los estudiantes para que terminen sus estudios, hagan la transición al mundo laboral y obtengan resultados?

El equipo del Banco Mundial complementó posteriormente el estudio con un proyecto piloto en las favelas y zonas desfavorecidas de la zona norte de Río de Janeiro con el objetivo de desarrollar un conjunto de herramientas para que los docentes puedan comprometerse y conectarse mejor con los estudiantes y abordar las barreras identificadas en la investigación. Tras el primer año, un examen del proyecto piloto indica que, y los estudiantes reconocen el valor de completar la educación, así como la importancia de conseguir un buen empleo.

Desafío

Una parte importante de los jóvenes de América Latina no va a la escuela ni tiene un empleo. Se los conoce como “ninis”, es decir “ni trabajan ni estudian”. Las mujeres jóvenes (de entre 15 y 29 años) son especialmente propensas a no continuar en el mundo laboral, y a menudo aspiran a las funciones tradicionales del cuidado de los hijos en el hogar y asumen estas tareas. El Banco Mundial se asoció con la Secretaría de Estado de Educación de Río de Janeiro y con Promundo (organización no gubernamental especializada en la igualdad de género y en la investigación y promoción relacionadas con esta área) para abordar las razones subyacentes por las que la proporción de mujeres entre los ninis es tan alta.

Estrategia

En 2018, Ana Luiza Machado y Miriam Muller, del Departamento de Prácticas Mundiales de Reducción de la Pobreza y Promoción de la Equidad del Banco Mundial, publicaron un estudio cualitativo titulado “If it’s already tough, imagine for me,” (Si ya es difícil, imagínate para mí…), con el propósito de conocer mejor por qué las mujeres constituían una proporción tan elevada de los ninis en Brasil.

En la investigación se descubrió que estas se enfrentan a obstáculos comunes cuando se convierten en jóvenes adultas. Una traba fundamental para muchas era la falta de aspiraciones y de motivación para asistir o volver a la escuela, arraigada en la exclusión social y en los roles de género tradicionales. En segundo lugar, también se constató una falta de iniciativa, especialmente cuando tenían la motivación para encontrar un trabajo, debido a que carecían de la información, las herramientas y los recursos para perseguir sus sueños. En tercer lugar, había factores externos, como la ausencia de medios de transporte, la escasa o nula atención a la población infantil, y las consecuencias de la delincuencia y la violencia en sus barrios.

“El proyecto piloto consistía en llevar nuestra investigación al siguiente nivel y hacer efectivo un cambio en la política para abordar los problemas que habíamos identificado”, señaló Muller.

“En general, lo que descubrimos es que , es decir, lo que puede desear o a lo que siente que tiene derecho”, añadió Muller. “En nuestro estudio, parecía haber un límite en el sentido de que lo máximo a lo que aspiraban las mujeres en general era a tener un día una casa, pequeña pero limpia, y quizá un marido que se quedara con ellas”.

“Y las escuelas también desempeñaban un papel fundamental en esta dinámica: nuestra investigación puso de manifiesto que la escuela no era percibida como un lugar donde muchas de esas jóvenes que luego estarían fuera de la escuela y del trabajo se sentían cómodas, bien recibidas y escuchadas. Para ellas no era un lugar al que sintieran que pertenecían”.

En el estudio también se analizó a los jóvenes de ambos sexos que, a pesar de las dificultades, tuvieron éxito en la escuela, continuaron sus estudios en la universidad y obtuvieron logros. Había un denominador común: los que “lo consiguieron” tenían fuertes redes de apoyo, lo que no siempre significaba que se tratara de un miembro de su familia. A menudo, la mayor influencia en la vida de los jóvenes que triunfaron fue un docente: alguien que creyó en ellos, sembró en su conciencia la idea de que también podían llegar a ser algo más, y que tenían derecho a perseguir sus sueños.

ayudándoles a fomentar un diálogo abierto y franco con sus estudiantes sobre relaciones más equitativas entre los hombres y las mujeres, el mundo del trabajo y las posibilidades de la formación permanente. El folleto contiene actividades con directrices que abordan las principales razones por las que los jóvenes pierden interés en el mundo educativo y laboral. El conjunto de herramientas también ayuda a identificar los principales problemas que son comunes entre los estudiantes de una clase, lo que permite a los docentes elaborar un plan semestral centrado en esos desafíos. Estas herramientas se diseñaron para que las utilizaran tanto las niñas como los niños, y con el objetivo de generar debates y reflexiones críticas sobre los roles de género y hasta qué punto estos pueden limitar las oportunidades de las personas.

Resultados

La Secretaría de Estado de Educación eligió dos escuelas secundarias de las zonas más pobres del norte de Río para el proyecto piloto, en el que participaron 250 estudiantes de primer año. Los estudiantes de primer año de la escuela secundaria son los que corren más riesgo de abandonar los estudios. La respuesta fue abrumadoramente positiva, y actualmente se está analizando cómo ampliar el alcance de la intervención.

“La escuela se ha convertido en un lugar en el que los estudiantes se sienten como en casa y donde comparten un sentimiento de comunidad. La asistencia ha mejorado desde el comienzo del curso, según los profesores”, asegura Muller. “Con la ayuda de la intervención y el material proporcionado en el conjunto de herramientas, la escuela llega a ser un sitio donde los niños y las niñas se sienten escuchados”.

A los docentes también se les empodera y apoya. Muller recuerda que una profesora le contó que solía pasar horas en el despacho del director llorando, porque no sabía cómo afrontar las agresiones de los alumnos en clase. Disponer de un espacio seguro para hablar de los problemas o preocupaciones los ha aliviado en gran parte, y ha generado comprensión por parte de los alumnos, dijo la profesora.

Una maestra de portugués que participó en el proyecto piloto señaló que tanto la participación como el rendimiento han mejorado. En una de las tareas que realizaron recientemente, sus alumnos la incluyeron en un grupo de WhatsApp para que les sirviera de apoyo; ella les dio su opinión y los alumnos entregaron los borradores finales teniendo en cuenta sus comentarios, gracias a lo cual mejoraron sus calificaciones, dijo.

Contribución del Grupo Banco Mundial

La oficina del Banco Mundial en Brasil apoyó el proyecto piloto con USD 49 000 a lo largo de un periodo de dos años. En el primer año, se elaboró el material con la participación de los docentes y, durante el segundo año, se realizaron dos rondas de pruebas y ajustes en distintas escuelas. El Laboratorio de Innovación de Género para América Latina y el Caribe apoyó el proyecto piloto a través de asistencia técnica relacionada con la evaluación cualitativa y del proceso. Debido a la COVID-19, solo se pudo implementar una ronda en el curso académico de 2019.

Asociados

La ONG Promundo, que ha trabajado en otras cuestiones relacionadas con el género y la promoción de estas en Brasil, dirigió el desarrollo y el diseño del contenido y la organización de la intervención. La Secretaría de Educación del Estado de Río de Janeiro colaboró en la identificación de las escuelas piloto y apoyó la prueba del conjunto de herramientas con los docentes y los estudiantes. En abril de 2019, y con el propósito de profundizar el debate con los educadores y los alumnos de escuelas públicas sobre los jóvenes no escolarizados y desempleados, se celebraron reuniones con 10 maestros de dos escuelas secundarias de la favela Complexo da Maré en Río. Estas reuniones también sirvieron de base para el desarrollo de las actividades del conjunto de herramientas.

La investigación inicial, “Si ya es difícil, imagínate para mí…”, que inspiró el trabajo de seguimiento se presentó públicamente en mayo de 2018 a través de un panel de expertos transmitido por Futura TV, un canal de cable centrado en la educación. El seminario recibió extensa cobertura por parte de la prensa, lo que generó más de 5000 descargas del informe. Promundo, que participó en el panel, sugirió la creación de una asociación para desarrollar herramientas que puedan ayudar a los estudiantes y a los profesores a superar las barreras identificadas en el estudio.

De cara al futuro

Los maestros, alumnos y administradores que participaron en las actividades de “Diseñando futuros” —así como el asociado principal, Promundo— acogieron el proyecto piloto con gran entusiasmo. Aunque se lograron avances en las pruebas y el desarrollo durante la primera mitad del año del proyecto, la segunda mitad se vio afectada por la crisis provocada por la COVID-19, por lo que la mayor parte de la programación tuvo que suspenderse. No obstante, los debates iniciales se han centrado en llevar el mismo tipo de intervención a las zonas rurales, que sufren un grado aún mayor de pobreza y marginación, lo que a su vez tiene un efecto desproporcionado sobre las mujeres y las niñas. Más adelante, con el perfeccionamiento de los recursos y materiales, este tipo de enfoque se podría adoptar en diferentes estados de Brasil, o integrar el aprendizaje en los programas nacionales de formación de profesores y administradores escolares.

Beneficiarios

“Ahora sí planifico mi futuro. No voy a esperar a mañana. Ahora es ahora”, manifestó un alumno que participó en el proyecto piloto.

“Los estudiantes se veían a sí mismos como protagonistas y la parte principal de sus propias vidas”, comentó un profesor.



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