ARTÍCULO

¿Quién gana y quién pierde con la caída del precio del petróleo en la región de Oriente Medio y Norte de África?

Enero 29, 2015


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Joonas Plan (Flickr/ Creative Commons)

A juzgar por los mercados de futuros, donde el precio del petróleo para entrega en agosto de 2015 es de US$56 por barril, hay poco optimismo sobre una recuperación de los precios del petróleo. Con un precio bajo del petróleo que pareciera estar aquí para quedarse, el último Boletín trimestral de información económica (i) ofrece un análisis país por país de las posibles consecuencias de esta situación para la región. Los puntos destacados son:

Consejo de Cooperación del Golfo (pérdida): en 2013, los ingresos provenientes del petróleo y el gas representaron casi la mitad del producto interno bruto (PIB) de los países del Golfo y el 75 % de sus ingresos totales de exportación. Si los precios se mantienen bajos durante un periodo prolongado, se estima que los Gobiernos de la región enfrentarán una pérdida de los ingresos del petróleo de más de US$215 000 millones, lo que representa más del 14 % de su PIB combinado. En general, los ingresos recaudados por los países del Golfo han sido mayores que sus gastos, pero con el aumento de los gastos gubernamentales y la caída de los precios del petróleo, esto podría revertirse. El superávit presupuestario de alrededor del 10 % del PIB registrado en 2013 podría dar paso a un déficit del 5 %. Aunque estos países tienen grandes reservas que son suficientes para cubrir cualquier déficit, parecería que los Gobiernos regionales están revisando sus gastos. Arabia Saudita, aunque tiene reservas por US$700 000 millones, se prepara para aumentar los precios de la energía y los combustibles. Bahrein, el país más afectado por la crisis, planea pedir apoyo presupuestario a sus aliados del Golfo. En Omán, el presupuesto de 2015 no incluye recortes presupuestarios ni ingresos adicionales, pero es posible que las autoridades deban recurrir a ambas medidas el próximo año. Los Emiratos Árabes Unidos ya han comenzado a buscar nuevas fuentes de ingresos, incluido el establecimiento de un impuesto sobre las remesas. Si la misma política es adoptada por todos los países del Golfo, esto podría tener un impacto significativo en la contratación de expatriados y en el flujo de remesas. El flujo total de remesas de los países del Consejo de Cooperación del Golfo al resto de Oriente Medio y Norte de África ascendió a US$21 000 millones en 2013, de cuya cifra la mitad provino de Arabia Saudita.

Egipto (ganancia): el consumo de petróleo ha ido aumentando en Egipto a razón de un 3 % anual, superando lo que el país puede producir. Un precio más bajo del petróleo permitirá que Egipto compre más cantidad a una mayor variedad de fuentes para satisfacer su creciente demanda. Esto podría llevar a un menor número de cortes de energía este verano, lo que mejoraría la estabilidad política y social. Si los precios del petróleo se mantienen en alrededor de US$50 por barril, el país podrá obtener un ahorro en los 100 400 millones de libras egipcias que se han presupuestado para los subsidios a la energía (en base al precio estimado de US$105 por barril). Se espera, además, que los bajos precios del petróleo reduzcan las tasas de inflación y pobreza. Aunque también puede disminuir el número de turistas procedentes del Golfo y de expatriados que envían dinero a sus países de origen. El impacto de esto último dependerá por cuánto tiempo se mantengan bajos los precios del petróleo.

Irán (ganancia/pérdida): para el país, la política será tan importante como el precio del petróleo. Si se llega a un acuerdo en el marco de las conversaciones sobre el programa nuclear con el grupo P5 + 1 (cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, además de Alemania) de que las sanciones petroleras se levanten, se espera que las exportaciones de petróleo del país vuelvan a los niveles anteriores en 2017. Dado que el petróleo representa casi el 80 % de todos los ingresos de las exportaciones y del 50 % al 60 % de los ingresos del Estado, la economía podría crecer sustancialmente si se da este escenario. Si no se alcanza un acuerdo, los precios bajos del petróleo podrían llevar a una caída del 60 % de los ingresos fiscales, que se reducirían de su máximo histórico de US$120 000 millones en 2011-12 a US$23 700 millones en 2015. Este escenario daría lugar a una pérdida del 20 % del PIB del país, reduciendo el crecimiento de 1,5 % del año anterior a cero, y la economía seguiría contrayéndose. El país enfrentaría una tensión considerable en términos de inflación, desempleo, déficit fiscal y situación monetaria.

Iraq (pérdida): las exportaciones de petróleo del país han aumentado a pesar del caos que está experimentando, llegando a alrededor de 2,9 millones de barriles diarios en diciembre de 2014, su nivel más alto desde 1980. Sin embargo, los ingresos provenientes del petróleo cayeron entre mayo y diciembre de 2014, dado que el valor de las exportaciones mensuales bajó de US$8000 millones a US$5400 millones. Esto ocurre en un momento en que el gasto es más alto de lo habitual ya que el Gobierno lucha por recuperar el terreno ganado por el Estado Islámico de Iraq y el Levante (ISIS). Un descenso en los precios del petróleo ejercería aún más presión sobre las finanzas del Gobierno, que ya espera una caída del crecimiento del PIB a 1,5 % en 2015, un índice notablemente bajo para un país que debería estar todavía en un periodo de crecimiento impulsado por los esfuerzos de reconstrucción. El proyecto de presupuesto para 2015, que se basaba en un precio anticipado del petróleo de US$70 por barril, está siendo revisado para ahorrar dinero mediante la congelación de la contratación en el sector público y la eliminación de abusos (como el tristemente célebre caso de los 50 000 "soldados fantasmas"). El Gobierno iraquí también busca demorar sus últimos pagos de reparaciones de guerra a Kuwait, con lo que aplazaría un monto de casi US$5000 millones. Incluso con estos ahorros, mantener el gasto del Gobierno frente a la caída de los ingresos provenientes del petróleo será un desafío importante. La situación se complica aún más por el hecho de que ISIS está cortando las principales rutas de abastecimiento del norte, lo que aumenta el precio de todos los bienes importados, especialmente los alimentos. Esto hará que sea más costoso mantener el sistema universal de raciones de alimentos del país, que es la única fuente de nutrición para muchos iraquíes.

Jordania (ganancia): la gran caída de los precios del petróleo es una sacudida positiva para el país, ya que estimula el crecimiento al reducir los costos de producción. El Gobierno podrá ahorrar los US$300 millones presupuestados en 2015 para compensar a los hogares por la eliminación de los subsidios a los combustibles (el sistema de transferencias de dinero en efectivo fue diseñado para detenerse automáticamente una vez que el precio del petróleo caiga por debajo de los US$100 por barril). Tanto los ciudadanos como los refugiados se beneficiarán de los precios más bajos, ya que la inflación cayó a su segundo nivel más bajo desde diciembre de 2009. Sin embargo, en el mediano plazo, si los precios del petróleo siguen siendo bajos, Jordania podría recibir menos remesas de sus trabajadores expatriados en el Golfo, de donde proviene más del 60 % de las transferencias de dinero a Jordania. Con menos ingresos, los países del Golfo podrían también ser menos generosos con las donaciones. Jordania depende fuertemente de este tipo de ayuda, y se esperaba que representara el 2,7 % del PIB en 2015.

Líbano (ganancia): una manera significativa de que el petróleo barato permita ahorrar dinero al Gobierno es mediante la reducción del costo de mantener a la empresa nacional de electricidad, Electricité du Liban (EdL). EdL, que mantiene las tarifas sin cambios desde 1996 –cuando el petróleo costaba US$23 por barril– solo cubre una fracción de sus costos. El Gobierno se hace cargo de la diferencia, con transferencias a EdL que ascienden a 4,7 % del PIB desde 2011. Los precios más bajos del petróleo reducirán el costo de generar electricidad y disminuirán el déficit de EdL. Esto, a su vez, bajará las transferencias a EdL, aunque con un retraso de seis a nueve meses, dada la estructura de los contratos pendientes con los proveedores de fueloil y gasoil. Las importaciones de petróleo representan en promedio un 8,3 % del PIB, constituyendo un componente importante del déficit comercial del Líbano, que el petróleo más barato ayudará a mejorar. Las ventajas de esta situación serán contrarrestadas por el hecho de que, al igual que en otros países de la región, un petróleo de bajo costo podría afectar el volumen de las remesas que los expatriados libaneses envían a casa en los países del Golfo. Sin embargo, como las importaciones de energía son mayores que el valor total de todas las remesas, se espera que el descenso de los precios por barril mejore la situación de la balanza de pagos del país.

Libia (pérdida): el precio a pagar por los ingresos provenientes del petróleo perdidos será alto si las facciones políticas rivales no llegan a un acuerdo. La producción de petróleo en Libia es actualmente de solo una quinta parte de lo que era antes de la crisis (1,6 millones de barriles diarios). El país ha acumulado reservas financieras sustanciales, pero la combinación de bajos precios del petróleo y baja producción obligó al Gobierno a hacer uso de las mismas. Las reservas, valuadas en US$100 000 millones en agosto de 2014, han disminuido en un 20 % desde comienzos del año y podrían agotarse en cuatro años si la situación actual continúa. Una cuarta parte de la población está en la nómina pública, y los salarios del sector público se han incrementado en un 250 % desde la revolución de 2011. Si no se vislumbra un aumento de la producción de petróleo en el horizonte, el Gobierno tendrá que luchar para cumplir con sus obligaciones. El parlamento rival con sede en Trípoli anunció recientemente que estaba considerando levantar los subsidios a los combustibles que ascienden a un 20 % del PIB, una medida que ayudaría a cerrar algunas de las brechas cada vez más grandes entre gastos e ingresos públicos.

Túnez (ganancia): el presupuesto recién aprobado se basa en un precio del petróleo anticipado de US$95 por barril. Un petróleo más barato significa que el Gobierno tendrá que gastar mucho menos en subsidios a la energía. Los precios más bajos del petróleo también reducirán el costo de la producción y el transporte de alimentos. Una caída del 15 % en los precios de la energía, junto con una caída del 5 % en el precio de los alimentos podría aumentar los ingresos reales de los pobres en un 3 % y del 40 % más pobre de la población en un 2,5 %.

Yemen (pérdida): el petróleo ocupa un lugar destacado en el presupuesto estatal. Debido a la caída de los precios y la inestabilidad política que persiste en el país (incluyendo el sabotaje frecuente de oleoductos), los ingresos del petróleo se han reducido a la mitad. Así, los ingresos ascendieron a un total de US$1400 millones entre mayo y septiembre de 2014 en comparación con US$2400 millones en el mismo periodo de 2013. Yemen también depende de las remesas de los trabajadores migrantes en los países del Golfo (fuente del 90 % de todas las transferencias), y el volumen de estas podría verse igualmente afectado. Sin embargo, la caída de los precios del petróleo debería reducir los precios de los bienes importados y reactivar el consumo doméstico, sobre todo en relación con los productos alimenticios, dado que el 55 % de estos productos es importado. Además, es probable que la inflación baje puesto que los alimentos constituyen alrededor del 44 % del gasto del consumidor yemení. Sin embargo, para proteger su moneda y compensar la caída de los ingresos del petróleo, Yemen ha tenido que recurrir a sus reservas de divisas. Actualmente, el país tiene suficientes reservas para cubrir 4,6 meses de importaciones, frente a los 5,1 meses que tenía en septiembre. Es probable que esta tendencia negativa continúe a causa del petróleo barato y la inestabilidad recurrente en el país, a lo que se suma la decisión de Arabia Saudita de suspender la mayor parte de su ayuda. Yemen necesitará el apoyo sostenido de sus asociados en la tarea del desarrollo para evitar en los próximos años una crisis en la balanza de pagos que le impida poder pagar las importaciones esenciales para el país.

*Para un análisis más detallado, vea la última edición del Boletín trimestral de información económica (i)

 

 




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