ARTÍCULO

Liberia: Restituir la energía al pueblo

Marzo 03, 2011


TITULARES
  • El país está impulsando su infraestructura energética gracias al Organismo de Energía Rural y Renovable, respaldado por el fondo fiduciario AFREA del Banco Mundial.
  • Participación comunitaria está llevando al país a una nueva era de energía no contaminante y asequible, mediante proyectos microhidroeléctricos y que utilizan biomasa y energía solar.
  • Programas hacen hincapié en llevar electricidad a zonas rurales que carecen de abastecimiento público.

MONROVIA, 3 de marzo de 2011 – Después de la puesta del sol, las zonas rurales de Liberia quedan a oscuras. Donde antes funcionaban centrales eléctricas, sólo quedan armazones. Un proyecto del Gobierno respaldado por el Banco Mundial tiene ahora como fin restablecer algunas de estas plantas para demostrar cómo se puede llevar nuevamente electricidad a las zonas rurales en forma sostenible.

Una de las plantas se encuentra en la aldea de Yandohun en el condado de Lofa cercano a la frontera con Sierra Leona. En su tercera visita al lugar, Kristin Stroup, analista del Departamento de Energía para África del Banco Mundial, viajó con un equipo local de expertos para revisar la microcentral hidroeléctrica de 35 kilovatios (kW) que dejó de funcionar cuando fue destruida durante la guerra civil.

El objetivo era establecer si se podía volver a poner en marcha para ayudar a la comunidad a generar electricidad para sí misma y crear oportunidades económicas para sus hijos.

En el pasado, cuando estaba en marcha, la ciudad tenía luz eléctrica y se beneficiaban con ella una tienda de telas que permanecía abierta de noche, un garaje de vehículos, un taller de confecciones y un molino de arroz, un dispensario de salud equipado que atendía las 24 horas y una escuela que ofrecía educación nocturna para adultos. Ahora, aunque hay carpinteros, un herrero y un sastre, ninguno tiene una tienda adecuada. 

Infraestructura energética después de la guerra

Desde 2004, Liberia ha estado en una fase de transición, reconstruyéndose lentamente después de una serie de violentas guerras civiles que, entre otras cosas, destruyeron la mayor parte de la infraestructura energética que había en el país. Antes del conflicto, contaban principalmente con la red de distribución de Monrovia, que con 180 megavatios (MW) representaba el 98% de toda la electricidad e incluía tres líneas radiales hacia condados vecinos.  Además, 11 minirredes (por un total de 13 MW) abastecían a otras capitales de condado.

El Banco Mundial es uno de varios asociados internacionales que colaboran con el Gobierno de Liberia y la empresa nacional de energía para restablecer el suministro de electricidad, haciendo hincapié en la electrificación rural que ayudará a equilibrar el desarrollo más allá de la capital de Monrovia.

Menos del 0,6% de los residentes urbanos y casi ningún habitante rural tiene acceso a electricidad pública. El resto de la población depende de fuentes de energía poco confiables e ineficientes, como por ejemplo pequeños generadores de gasolina y combustible diésel, leña, carbón, velas, queroseno, lámparas y linternas LED a pilas y aceite de palma.

Energía rural renovable y centrales microhidroeléctricas

El respaldo a la recuperación y reconstrucción de las comunidades locales urbanas –como las capitales de condado– y rurales, como Yandohun, es fundamental para el resurgimiento de Liberia y es una prioridad para el Banco Mundial.

En enero de 2010, la presidenta Ellen Johnson Sirleaf creó por decreto ley el Organismo de Energía Rural y Renovable de Liberia (RREA, por sus siglas en inglés) y un Fondo para la Energía Rural (REFUND, por sus siglas en inglés) para llevar servicios eléctricos modernos a las zonas rurales. El Banco Mundial está respaldando la creación y fortalecimiento de la capacidad del RREA a través del programa Promoción de Nueva Energía Renovable en Zonas Rurales de Liberia del organismo Acceso a la Energía Renovable en África (AFREA, por sus siglas en inglés) y con el Proyecto de Fortalecimiento del Sistema Eléctrico de Liberia (LESEP, por sus siglas en inglés).

“Este entorno posterior al conflicto ofrece la oportunidad de empezar de cero y abrir una oportunidad para que Liberia lidere el desarrollo de la energía rural renovable en África occidental”, dijo Augustus Goanue, máxima autoridad del RREA. “No sólo recibirán impulso las microcentrales hidroeléctricas, sino que también el programa de intercambio de faroles de queroseno propuesto para 2011 iluminará la vida de 1 millón de personas con luz solar de bajo costo y alta calidad, reduciendo el dióxido de carbono (CO2) proveniente de contaminantes del queroseno y mejorando notablemente la calidad del aire y la salud de la población”.

El Banco Mundial realizó varias visitas exclusivas de consulta a zonas rurales de Liberia durante 2010. En Yandohun, donde la edad promedio de los residentes es de apenas 23 años, era prioritario modernizar su forma de vida e iluminar sus escuelas.

El regreso de la electricidad ayudaría a los maestros a restablecer el noveno grado y a conservar estos estudiantes en la comunidad, dijo el director de la escuela al Banco Mundial y al RREA. En la actualidad, sólo pueden cursar hasta el sexto grado en Yandohun y quienes desean continuar deben recorrer grandes distancias.

La energía para la molienda es muy importante dado que la mayoría de las familias se dedica a cultivos comerciales como el arroz, café, cacao y aceite de palma. Sólo un hogar cuenta actualmente con molino de arroz. Otros residentes deben llevar su arroz y pagar al dueño para usar el molino, que consume aproximadamente 1 galón de combustible diésel cada cuatro horas.  Un suministro eléctrico estable beneficiaría a más personas que podrían moler su propio arroz a un costo mucho más bajo y mantener a sus familias con los ingresos generados.

Proyectos piloto fomentan creación de un mercado comercial

El de Yandohun es uno de los dos proyectos piloto de electrificación rural que pondrán a prueba la capacidad del nuevo organismo gubernamental. El segundo, en el condado de Bong, incluye la instalación de sistemas de energía solar en escuelas, centros de salud, edificios administrativos y puestos policiales. El Gobierno se comprometió a cubrir los costos de operación y mantenimiento, lo que estimulará el desarrollo de empresas de energía solar locales. Quienes sean contratados para el suministro e instalación, deberán firmar también un contrato de mantenimiento por cinco años.

Un plan de incentivos fomenta también que las empresas ofrezcan la venta privada de faroles y sistemas domésticos a base de energía solar para crear lentamente un mercado comercial. Se espera que los esfuerzos conjuntos pongan en marcha un mercado autosostenido para estos productos y respalden la introducción de tecnología de alta calidad y bajo costo en zonas que actualmente están inundadas de alternativas de iluminación ineficientes y de baja calidad.

En la ciudad de Gbarnga en el condado de Bong, una red de distribución municipal mal administrada y muy limitada cobra una cuota mensual fija de US$50 por sólo dos o tres horas de electricidad por noche.

“Se habla de desarrollo pero no de responsabilidad”, señaló un ejecutivo de una empresa local. “El Banco Mundial no vendrá a proveer energía hidroeléctrica o solar en Gbarnga si sus habitantes no están dispuestos a pagar por ella y a usarla. Lo que hizo fracasar [a la empresa] acá es que los ciudadanos no querían pagar por el uso de la electricidad. Deberíamos usarla y hacerlo de una manera acertada”.

El entusiasmo popular que encontró es alentador para Kristin Stroup. En un entorno en el que el Gobierno está muy exigido con la reconstrucción y el interior del país está ansioso de progreso, estos proyectos potenciarán a las comunidades para hacer suyas las soluciones. 

“Los liberianos nos han pedido acceso a soluciones energéticas modernas que sean asequibles y durables y estén disponibles”, dijo Stroup. “Estamos trabajando con el Gobierno para ver si podemos ayudar a que esto ocurra en el corto plazo. No está en duda el potencial de la nación, es sólo cuestión de capitalizarlo y eso es lo que el RREA está listo para hacer”.

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