La estrategia mundial de educación del Banco Mundial se centra en garantizar que todos los niños, donde sea que se encuentren, puedan aprender. Su objetivo es lograr que todas las personas puedan desarrollar su pleno potencial a través del acceso a una educación de calidad y el aprendizaje permanente. La institución concibe un mundo en el que todos los países preparan a sus niños y jóvenes para que prosperen como ciudadanos y cuenten con los instrumentos necesarios para participar en el desarrollo nacional.
Para 2030, la meta institucional es reducir a la mitad la pobreza de aprendizajes (i), es decir, el porcentaje de niños de 10 años de todo el mundo que no pueden leer ni comprender un texto sencillo. A fin de alcanzarla, el Banco Mundial ayuda a los países a desarrollar habilidades básicas como la alfabetización, los conocimientos aritméticos elementales y las capacidades socioemocionales, que son los pilares para el resto del aprendizaje. En todos los niveles educativos —desde la primera infancia hasta la educación terciaria y los años posteriores—, los niños y jóvenes reciben asistencia para adquirir las habilidades que necesitan para avanzar en la escuela, el mercado laboral y durante toda su vida.
Además, la institución proporciona a los Gobiernos, asistencia técnica, préstamos y donaciones, y ayuda a los países a difundir y aplicar soluciones innovadoras para los desafíos en el ámbito de la educación, dedicando especial atención a la reforma sistémica en todo el ciclo educativo.
El apoyo que brinda el Banco Mundial a los países abarca todo el ciclo del aprendizaje con el objetivo de respaldar sistemas educativos resilientes, equitativos e inclusivos que garanticen que todos aprendan. Con ese fin, genera y publica datos, garantiza la alineación con los procesos de formulación de políticas y subsana la brecha entre las investigaciones y la práctica.
El Banco Mundial es la principal fuente de financiamiento externo para la educación en los países en desarrollo, con una cartera de alrededor de USD 24 000 millones en 95 países, e incluye actividades del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF) y fondos fiduciarios ejecutados por los receptores. Las operaciones de la AIF representan alrededor del 60 % de la cartera de educación. En los últimos tres años (ejercicios de 2020-22), el financiamiento del Banco para educación se ha duplicado en comparación con la década pasada.
La cartera abarca todo el ciclo del aprendizaje. La inversión en educación en la primera infancia ha aumentado marcadamente y ahora representa el 11 % de la cartera de la institución. Alrededor del 25 % de los proyectos se ejecuta en entornos afectados por fragilidad, conflictos y violencia (FCV).
Los proyectos benefician al menos a 432 millones de estudiantes y a 18 millones de maestros, es decir, un tercio de los alumnos y casi una cuarta parte de los docentes en los países de ingreso bajo y mediano.
El Banco Mundial es también el principal organismo de ejecución de las donaciones otorgadas por la Alianza Mundial para la Educación (GPE) a países de ingreso bajo, y administra el 55 % de la cartera de la GPE a nivel de los países (USD 1900 millones).
Enfoque estratégico de la educación
La visión del Grupo Banco Mundial para el futuro (PDF, en inglés) es que todos los alumnos, donde sea que se encuentren, aprendan con alegría, con seriedad y con un objetivo determinado. Esta visión debe guiar las inversiones y las reformas de políticas actuales a fin de que los países puedan sentar las bases de sistemas educativos eficaces, equitativos y resilientes.
Para orientar el apoyo normativo y operacional que ofrece a los países, la institución centra su atención en las medidas de política necesarias para acelerar el aprendizaje y que caracterizan a muchos sistemas exitosos. Dichas medidas se presentan enmarcadas en cinco pilares interrelacionados de un sistema educativo eficiente que constituyen la base del enfoque de políticas educativas del Banco Mundial, a saber: los alumnos, los docentes, los recursos de aprendizaje, las escuelas y la administración del sistema.
- Los alumnos deben estar preparados y motivados para aprender.
- Los docentes de todos los niveles deben ser eficientes y sentirse valorados.
- Las aulas deben contar con los recursos necesarios para el aprendizaje.
- Las escuelas deben ser ámbitos seguros e inclusivos.
- Los sistemas educativos deben estar bien administrados.
Los principios
- Llevar a cabo reformas sistémicas respaldadas por un compromiso de políticas para que todos los niños aprendan. Los servicios educativos, que incluyen la educación preescolar (i), primaria, secundaria, universitaria (i), e incluso terciaria, deben ser coherentes y estar alineados entre sí. Por lo tanto, la institución adopta un enfoque integrado para el sistema educativo, de modo de garantizar el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
- Hacer constante hincapié en la equidad y la inclusión a través de medidas progresivas para lograr el acceso universal a una educación de calidad. Para hacer realidad el acceso universal, es necesario que exista igualdad de oportunidades. Se deben satisfacer las necesidades educativas de los niños y los jóvenes adultos de zonas frágiles o afectadas por conflictos (i), las personas que viven en comunidades marginadas y rurales, las niñas y las mujeres, las poblaciones desplazadas, los estudiantes con discapacidad (i) y otros grupos vulnerables. El enfoque del Banco Mundial es inclusivo y específico, y la institución comprende las necesidades de los Gobiernos y trabaja con ellos para garantizar una educación que beneficie a todos.
- Centrar la atención en los resultados y actuar a partir de las evidencias para mejorar constantemente las políticas utilizando sistemas de medición para orientar las mejoras. Los sistemas de medición (i) son imprescindibles para identificar las regiones y las escuelas que están logrando resultados, reconocer las buenas prácticas y determinar qué medidas resultan eficaces. La institución invierte en la generación de bienes públicos mundiales, como el Tablero Global de Políticas Educativas (GEPD) para medir los factores clave que impulsan los resultados del aprendizaje en la educación básica de una manera eficaz en función de los costos (utilizando el Enfoque Sistémico para Lograr Mejores Resultados en la Educación [SABER] [i], los indicadores de prestación de servicios [IPS] [i] y el instrumento Teach [i]), y trabaja con los países para mejorar sus sistemas de datos.
- Cerciorarse de que el compromiso financiero sea proporcional a las sumas necesarias para ofrecer servicios básicos para todos. Como en el caso de los demás recursos públicos, el dinero asignado a la educación debe ser suficiente y se debe utilizar de manera eficiente (i). El Banco Mundial busca reforzar la idea del financiamiento vinculado a los resultados. Los fondos deben canalizarse adecuadamente y gastarse de manera inteligente en todas las regiones y establecimientos escolares, utilizando las evidencias y los datos sobre la manera en que se están llevando a cabo los procesos y el impacto de las intervenciones para orientar las mejoras. Casi el 40 % de las operaciones de la institución se llevan a cabo mediante mecanismos de financiamiento basados en resultados.
- Realizar inversiones inteligentes en tecnología, de modo que los sistemas educativos utilicen esta herramienta y aprendan a aprovecharla para respaldar sus objetivos de aprendizaje. El uso de la tecnología educativa debe regirse por cinco principios (i): tener un propósito claro y poner énfasis en los objetivos educativos; incluir a todos los estudiantes; empoderar a los docentes; lograr la participación de un ecosistema de asociados, y usar los datos de manera rigurosa y sistemática a fin de determinar qué estrategias, políticas y programas son eficaces para maximizar el aprendizaje de los estudiantes.
Abordar la crisis mundial del aprendizaje y la pandemia de COVID-19
Aun antes de la COVID-19, el mundo se enfrentaba a una crisis del aprendizaje y las habilidades; la pandemia profundizó esta crisis. Los cierres de escuelas han generado enormes pérdidas de aprendizaje y, si no se adoptan medidas normativas urgentes, los estudiantes de hoy podrían perder el 10 % de sus futuros ingresos medio anuales. Más allá de la reducción de los ingresos, las pérdidas de aprendizaje conducirán a una menor productividad, una mayor desigualdad y mayores riesgos de malestar social en las próximas décadas. Estas tendencias pueden revertirse si los países actúan con rapidez y determinación, siempre que cuenten con recursos adecuados y se guíen por las evidencias sobre lo que funciona bien.
El Banco Mundial respondió a la pandemia de inmediato (PDF, en inglés), aumentando su apoyo a los países a través de diversos canales y distintas intervenciones prioritarias.
Su apoyo operacional y en materia de políticas (PDF, en inglés) no solo responde a la crisis, sino que contribuye a reconstruir mejor para aprovechar la oportunidad de configurar sistemas más resilientes (que estén mejor preparados para superar futuras crisis) y más equitativos (que garanticen oportunidades para todos). Las operaciones del Banco ayudan a los países a rematricular y retener a los estudiantes en la escuela, medir las pérdidas de aprendizaje e implementar enfoques pedagógicos basados en evidencias para acelerar el aprendizaje, incluidos los mecanismos de enseñanza focalizada y aprendizaje autoguiado.
Sentar las bases para el futuro, ahora
El aumento previsto de la pobreza de aprendizajes es una simulación, no un pronóstico. Las pérdidas de aprendizaje pueden minimizarse si hoy se adoptan medidas urgentes.
Los desafíos de los países pueden ser diferentes, pero hay una variedad de opciones para construir sistemas educativos de mejor calidad, más resilientes y equitativos.
Los países tienen ante sí una crisis educativa que requiere un doble enfoque: primero, enfrentar la emergencia y apoyar medidas para recobrar el tiempo perdido a través de aprendizaje de recuperación y acelerado y, segundo, aprovechar estas inversiones para crear un sistema más equitativo, resiliente y eficaz.
Recuperarse de la crisis del aprendizaje debe ser una prioridad de política, que se respalde con financiamiento adecuado y la determinación de implementar las reformas necesarias. En los últimos dos años, el financiamiento nacional para la educación no ha estado a la altura de las necesidad de recuperar y acelerar el aprendizaje. En los países de ingreso bajo y mediano bajo, la proporción media del gasto destinado a educación en los presupuestos públicos disminuyó durante la pandemia (PDF, en inglés), y en 2022 se mantuvo por debajo de los niveles de 2019.
La posibilidad más sólida de lograr un futuro mejor radica en invertir en educación y asegurarse de que cada dólar se destine a mejorar el aprendizaje. En una época de presiones fiscales, proteger los gastos que producen beneficios a largo plazo, como el gasto en educación, maximizará el impacto.
Las respuestas amplias de políticas basadas en evidencias son cruciales para recuperar y acelerar el aprendizaje. El marco para la recuperación del aprendizaje RAPID puede proporcionar este enfoque. Sus cinco elementos se centran en garantizar que todos los niños y jóvenes asistan a la escuela y en fortalecer las habilidades básicas que necesitarán para prosperar en el ámbito educativo y en otros lugares:
- Realizar evaluaciones regulares de los niveles de aprendizaje
- Acercarse a todos los niños y lograr que sigan asistiendo a la escuela
- Priorizar la enseñanza de los conocimientos básicos
- Incrementar la eficiencia de la instrucción, por ejemplo, mediante programas de aprendizaje de recuperación
- Desarrollar la salud y el bienestar psicosociales
Sin una acción rápida, hay un grave riesgo de que las pérdidas de aprendizaje sufridas durante la pandemia se vuelvan permanentes. Sin embargo, los países que adoptan estos cinco elementos —ajustados a sus propios contextos— pueden recuperarse rápidamente de las pérdidas.
La tecnología educativa (i) puede ser una herramienta poderosa para implementar las medidas anteriores, ya que brinda apoyo a los maestros, niños, directores y padres; amplía las plataformas de aprendizaje digital accesibles, incluidos los recursos ofrecidos por la radio, la televisión y el internet (que ya se consideran habituales), y utiliza datos para identificar y ayudar a los niños en riesgo, personalizar el aprendizaje y mejorar la prestación de servicios.
De cara al futuro
Se debe aprovechar esta oportunidad para reformular la educación de manera audaz. El Banco Mundial se ha comprometido a respaldar a los países durante estos tiempos difíciles. El trabajo conjunto puede ayudar a crear sistemas educativos más equitativos, eficaces y resilientes para los niños y los jóvenes de todo el mundo. No solo es algo que se les debe a ellos: en sus mentes se basa el futuro de todos.
Iniciativas mundiales
A nivel global, el Banco Mundial fomenta el uso de conocimientos interregionales e intersectoriales; promueve la utilización de los conocimientos técnicos detallados y la función de los equipos de expertos a través de los grupos de soluciones mundiales y los grupos temáticos, e incuba ideas, programas y alianzas —entre otras cosas, en forma conjunta con instituciones multilaterales y bilaterales, fundaciones y organizaciones de la sociedad civil— en áreas estratégicas de conocimientos, servicios de asesoría y apoyo operacional.
Acelerar las mejoras:
Ayudar a los países a establecer metas de aprendizaje con un plazo determinado y un plan de inversiones centrado en la educación, delineando medidas e inversiones orientadas a lograr estos objetivos.
Mediante el Programa Aceleradores (i), puesto en marcha en 2020, el Banco trabaja con un conjunto de países “aceleradores” para canalizar inversiones hacia la educación y para aprender de la experiencia mutua. De esta forma, se coordinan los esfuerzos de los asociados para garantizar que los países que forman parte del programa registren mejoras en las habilidades básicas a gran escala en un período de tres a cinco años. Estos planes de inversión se basan en la labor colectiva de múltiples asociados, y en ellos se tienen en cuenta los datos más recientes sobre medidas eficaces y la mejor manera de planificar la implementación.
Universalizar la alfabetización básica:
Preparar a los niños para el futuro respaldando la adquisición de habilidades básicas —de las cuales, la principal es la alfabetización—, que son la vía de acceso a otras competencias y materias.
El paquete de políticas de alfabetización (i) incluye intervenciones a corto plazo del enfoque educativo que han aplicado los países exitosos para ayudar a que todos los niños escolarizados aprendan a leer y escribir. Estas medidas incluyen garantizar el compromiso normativo y técnico de alfabetizar a todos los niños; garantizar la instrucción efectiva en alfabetización por medio de apoyo a los docentes; proporcionar libros de calidad adecuados para cada edad; inicialmente, impartir la enseñanza en el idioma que los niños hablan y entienden mejor, y fomentar en ellos las habilidades para expresarse en forma oral y el amor por los libros y la lectura.
Fortalecer los sistemas de medición:
Fomentar la capacidad de los países para recabar y evaluar información sobre el aprendizaje y los factores que lo impulsan de un modo más eficiente y eficaz.
El Banco Mundial respalda iniciativas para ayudar a los países a crear y fortalecer sus sistemas de medición de manera eficaz para facilitar la toma de decisiones basadas en la evidencia. Como ejemplo de esta labor, cabe citar lo siguiente:
1) El Tablero Global de Políticas Educativas (GEPD), elaborado por la Práctica Global de Educación del Banco Mundial, puede ayudar a los países a reducir la pobreza de aprendizajes. Esta herramienta ofrece una base sólida para identificar las prioridades de inversión y las reformas normativas que se ajusten al contexto de cada país, ya que se centra en las prácticas, las políticas y los aspectos políticos. El GEPD:
- destaca las diferencias entre lo que, según las evidencias, es eficaz para promover el aprendizaje y lo que sucede en la práctica en cada sistema;
- permite a los Gobiernos hacer un seguimiento de los avances mientras trabajan para cerrar las brechas.
El GEPD se ha implementado en siete sistemas educativos —Etiopía, Jordania, Madagascar, Níger, Perú, Rwanda y Sierra Leona— y se está preparando en otros ocho países (finalización prevista para fines de 2024).
2) La Plataforma de Evaluación del Aprendizaje (LeAP) (i), un sitio que ofrece al mismo tiempo conocimientos, herramientas de fortalecimiento de la capacidad, apoyo para el diálogo sobre políticas y conocimientos especializados del personal técnico, creado con el propósito de ayudar a los responsables de mejorar las evaluaciones para que el aprendizaje sea más adecuado. En la actualidad, LeAP recibe apoyo del programa del Fondo Fiduciario de Rusia de Ayuda a la Educación para el Desarrollo (READ).
Elaborar y sintetizar las evidencias:
Subsanar las deficiencias de información acerca de las medidas que son eficaces para mejorar el aprendizaje y extraer enseñanzas para orientar las políticas y la implementación.
Panel Asesor sobre Evidencias relativas a la Educación Mundial (GEEAP) (i): el GEEAP, administrado conjuntamente por el Banco Mundial, el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido (FCDO) y el Centro de Investigaciones Innocenti del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), reúne a un grupo diverso de destacados investigadores y profesionales para brindar orientación a los responsables de formular políticas. Está presidido por el profesor Kwame Akyeampong de The Open University y la Dra. Rukmini Banerji, directora ejecutiva de Pratham.
- El primer informe del GEEAP se centró en políticas eficaces en función de los costos para mejorar el acceso a la educación y el aprendizaje básico.
- El segundo informe contiene orientaciones sobre cómo revertir las devastadoras pérdidas de aprendizaje causadas por la pandemia.
Fondo Estratégico de Evaluación del Impacto (SIEF) (i): durante los últimos cinco años, este fondo fiduciario de múltiples donantes centrado en generar evidencias en los sectores de desarrollo humano, ha respaldado 45 ensayos controlados aleatorios (con un financiamiento total de casi USD 20 millones) con el objeto de probar diferentes enfoques para mejorar los resultados educativos en los países de ingreso bajo y mediano. Para garantizar que los resultados obtenidos marquen una diferencia, el SIEF también ha invertido en la difusión de estos datos empíricos y en el fortalecimiento de la capacidad de los funcionarios gubernamentales y los investigadores y periodistas locales para ayudarlos a evaluar en forma crítica los datos de educación.
Brindar apoyo a los maestros para que tengan un desempeño exitoso:
Contribuir a que los sistemas incluyan una selección adecuada, incentivos y medidas de apoyo para el desarrollo profesional de los docentes.
La Plataforma Mundial para Formar Maestros Exitosos (i) consta de dos instrumentos importantes: los bienes públicos mundiales que respaldan la implementación de los principios clave, y las operaciones que ayudan a los Gobiernos a aplicar políticas para que los docentes obtengan mejores resultados. En la actualidad, la Práctica Global de Educación del Banco Mundial cuenta con más de 100 proyectos activos que respaldan a más de 18 millones de maestros de todo el mundo, alrededor de un tercio de la población de docentes en los países de ingreso bajo y mediano. Tan solo en 12 países, estos proyectos abarcan a 16 millones de docentes, entre ellos todos los maestros de escuela primaria de Etiopía y Turquía y más del 80 % de Bangladesh, Pakistán y Vietnam. Los siguientes son dos ejemplos de bienes públicos mundiales creados como parte de la plataforma:
- Teach (i): un instrumento de observación del aula desarrollado por el Banco Mundial con el objetivo de registrar la calidad de la enseñanza en países de ingreso bajo y mediano (disponible en 12 idiomas). Desde que este mecanismo se puso en marcha en 2019, se ha aplicado en 36 países y ha llegado a casi 200 000 estudiantes.
- Coach (i): un programa del Banco Mundial que tiene como objetivo acelerar el aprendizaje de los estudiantes mejorando el desarrollo profesional de docentes en ejercicio en todo el mundo. Mientras que el instrumento Teach permite identificar las necesidades de desarrollo profesional de los docentes, el programa Coach aprovecha esa información para ayudarlos a mejorar su método de enseñanza.
Respaldar los sistemas de financiamiento de la educación:
Fortalecer los sistemas de financiamiento nacionales para movilizar más recursos y mejorar la equidad y la eficiencia del gasto del sector.
La Plataforma Mundial para el Financiamiento de la Educación (GEFP) tiene como objetivo fortalecer los sistemas de financiamiento nacionales para movilizar más recursos y mejorar la equidad y la eficiencia del gasto en educación; a tal fin, se convoca a diversos asociados para trabajar en la preparación de estrategias de financiamiento sostenible, una mejor gestión de las finanzas públicas, y datos y sistemas de seguimiento más sólidos para financiar la educación.
La labor en contextos de fragilidad, conflicto y violencia:
El enorme y creciente desafío mundial de tener tantos niños que viven en situaciones de conflicto y violencia requiere una respuesta de la misma magnitud y el mismo alcance. La intervención en materia de educación del Banco Mundial en contextos de fragilidad, conflicto y violencia (FCV), por valor de USD 5350 millones, ha crecido rápidamente en los últimos años, lo que refleja la importancia cada vez mayor de la agenda de FCV en la educación. De hecho, estos proyectos representan ahora más del 25 % de la cartera de educación del Banco Mundial, que llega a USD 23 600 millones.
Mientras se continúa aumentando el apoyo para enfrentar crisis más numerosas y duraderas (incluidas aquellas provocadas por emergencias climáticas), un nuevo documento técnico (i) sirve de guía para las inversiones. En el documento se afirma que la educación es crucial para minimizar los efectos de la fragilidad y el desplazamiento en el bienestar de los jóvenes y los niños a corto plazo y para prevenir conflictos violentos a largo plazo. También se describe el camino propuesto para mantener a los niños seguros y ayudarlos a aprender en estos contextos más difíciles, siguiendo los pilares de la Estrategia del Grupo Banco Mundial sobre Fragilidad, Conflicto y Violencia.
Última actualización: Abr 11, 2023